El día que se durmió: los secretos del despido y la resurrección de Sam Altman

Una historia interna revela conflictos de poder, luchas en la junta directiva y decisiones sorprendentes que cambiaron el rumbo de la empresa de IA, dejando al mundo atónito.

En noviembre de 2023, en una cena en YESS, un vanguardista restaurante japonés en el Distrito de las Artes de Los Ángeles, se vivió uno de los episodios más dramáticos y controvertidos de la historia de OpenAI.

Durante aquella noche, el multimillonario inversor Peter Thiel, amigo y mentor de Sam Altman, lanzó una advertencia que marcaría el inicio de una serie de eventos inesperados.

Peter Thiel advirtió que «No entiendes cómo Eliezer ha programado a la mitad de la gente de tu empresa para que crea en esas cosas. Tienes que tomártelo más en serio.”

Estas palabras, pronunciadas en medio de la celebración del cumpleaños del esposo de Thiel, pusieron en alerta a Altman, quien ya había enfrentado críticas por el control que ejercía sobre OpenAI.

La situación se complicó en los días siguientes. Mientras cerca de 800 empleados de OpenAI se preparaban para aprovechar una inminente oferta pública de adquisición que valoraba la empresa en U$S 86,000 millones, la junta directiva, compuesta por seis miembros —incluyendo a Altman, su aliado Greg Brockman, Ilya Sutskever y tres directores independientes— se encontraba en crisis.

Durante videoconferencias secretas, los miembros independientes debatían si despedir a Altman, en medio de acusaciones de que el CEO no había sido “constantemente sincero” con la junta.

En junio de 2023, muy inocentemente Altman había declarado a Bloomberg TV: «Sam Altman afirmó: ‘«La junta puede despedirme. Eso es importante.”

Sin embargo, tras descubrirse que Altman tomaba las decisiones reales y gestionaba asuntos sensibles sin el conocimiento completo de la junta, surgieron tensiones.

La situación se agravó cuando se reveló que Altman era el propietario personal del Fondo de Startup de OpenAI, destinado a invertir en startups de IA, una situación que generó sospechas de engaño deliberado.

Durante el verano de 2023, la dinámica interna se volvió insostenible. La directora de tecnología, Mira Murati, se vio atrapada entre las presiones de la junta y las crecientes inquietudes sobre el estilo de gestión de Altman, al que algunos calificaron de tóxico.

Helen Toner, directora de estrategia, comentó: «No es que todos vayamos a morir mañana, pero la junta necesita funcionar bien” enfatizando la urgencia de tomar medidas.

La tensión alcanzó su punto álgido cuando, el jueves 16 de noviembre de 2023, los tres miembros independientes de la junta se reunieron en una videoconferencia y votaron a favor de despedir a Altman y a destituir a Brockman de la junta. Esa misma noche, durante una cena, Murati fue llamada para que asumiera el cargo de directora general interina, decisión que aceptó sin conocer las razones precisas detrás del despido.

La noticia del despido se convirtió en un titular explosivo a nivel mundial, pero la situación interna dio un giro inesperado. La falta de claridad sobre el motivo del despido, sumada a la rápida reacción de casi 800 empleados —quienes firmaron una carta amenazando con dimitir si Altman no era reincorporado—, obligó a la junta a reconsiderar su decisión. La presión interna y externa resultó en la reincorporación de Altman, en un desenlace que ha dejado al mundo tecnológico en estado de shock.

Este episodio, cargado de secretos, luchas de poder y decisiones apresuradas, refleja la compleja realidad de gobernar una de las empresas de inteligencia artificial más prometedoras del planeta. Mientras OpenAI continúa su expansión y desarrollo, la experiencia vivida subraya la importancia de una gobernanza corporativa transparente y equilibrada para sostener el liderazgo en un sector tan dinámico y crucial.

El futuro de la inteligencia artificial y el liderazgo en Silicon Valley dependen de equilibrar la innovación con una supervisión efectiva, y la historia de OpenAI es una lección viva de este delicado equilibrio.

A todo esto, un episodio como este no es novedad en el mundo corporativo. Al genial Steve Jobs le pasó, también fue despedido de la compañía que el fundó. Y volvió y la hizo más grande aún.

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