La empresa de biotecnología Colossal Biosciences ha logrado traer de vuelta al lobo terrible, una especie extinta hace más de 10.000 años, mediante técnicas avanzadas de clonación y edición genética.
El lobo terrible, conocido científicamente como Canis dirus, habitó América del Norte hasta su extinción hace aproximadamente 13.000 años.
A diferencia de lo que se pensaba anteriormente, estudios recientes revelan que esta especie no estaba estrechamente relacionada con el lobo gris moderno (Canis lupus), sino que divergieron evolutivamente hace unos seis millones de años.
Esta distancia genética impidió que se cruzaran entre sí, a pesar de haber coexistido durante miles de años.
Colossal Biosciences, con sede en Dallas, ha utilizado una combinación de clonación y edición genética para revivir al lobo terrible.
Analizando el ADN de un diente de 13.000 años y un cráneo de 72.000 años, los científicos identificaron 20 diferencias clave en 14 genes entre el lobo terrible y el lobo gris. Utilizando células progenitoras endoteliales extraídas de lobos grises vivos, editaron estos genes para reflejar las características del lobo terrible.
Posteriormente, implantaron los núcleos editados en óvulos de lobos grises, que fueron gestados por perros domésticos como madres sustitutas.
Este proceso resultó en el nacimiento de tres cachorros de lobo terrible: Romulus y Remus, nacidos en octubre de 2024, y Khaleesi, nacida en enero de 2025.
Este logro marca un avance significativo en la tecnología de desextinción. Colossal Biosciences también planea aplicar métodos similares para revivir al mamut lanudo, con la meta de lograr el primer embarazo de un elefante sustituto para 2026.
Además, la empresa está trabajando en la conservación de especies en peligro de extinción, como el lobo rojo y el quol del norte, utilizando tecnologías genéticas para aumentar la diversidad genética y combatir la endogamia.
Sin embargo, este enfoque ha generado debates éticos sobre la clonación, las posibles alteraciones ecológicas y el bienestar animal. A pesar de las preocupaciones, Colossal sostiene que su tecnología tiene el potencial de contribuir significativamente a la conservación y resiliencia climática.
Con una valoración de U$S 10.200 millones, la empresa colabora con diversas organizaciones de conservación y entidades gubernamentales para integrar las especies revividas y preservadas en los ecosistemas actuales.
Este hito en la biotecnología no solo reescribe la historia natural, sino que también abre nuevas posibilidades en la restauración de especies y la protección de la biodiversidad.