MIT se desliga de estudio que afirmaba que la IA potencia los descubrimientos científicos

El prestigioso instituto solicita la retirada de un artículo que aseguraba que la inteligencia artificial aumentaba la productividad en laboratorios científicos, tras detectar serias dudas sobre la validez de sus datos.

El Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) ha tomado la inusual decisión de desvincularse públicamente de un estudio que había generado gran interés en la comunidad científica y tecnológica.

El artículo, titulado «Artificial Intelligence, Scientific Discovery, and Product Innovation», afirmaba que la introducción de herramientas de inteligencia artificial (IA) en un laboratorio de ciencia de materiales había incrementado en un 44% la cantidad de nuevos materiales descubiertos, impulsando además un aumento del 39% en las solicitudes de patentes y del 17% en el desarrollo de prototipos de productos .

El estudio, elaborado por el entonces estudiante de doctorado Aidan Toner-Rodgers, también señalaba que la IA automatizaba el 57% de las tareas de generación de ideas, permitiendo a los investigadores dedicar más tiempo a evaluar las propuestas generadas por la tecnología.

Sin embargo, también advertía que los beneficios eran desiguales: los científicos más productivos obtenían mayores ventajas, mientras que otros desperdiciaban recursos en falsos positivos. Además, un 82% de los participantes reportaron una disminución en la satisfacción laboral debido a la reducción de la creatividad y la subutilización de habilidades .

Inicialmente, el estudio fue elogiado por destacados economistas del MIT, como Daron Acemoglu, ganador del Premio Nobel de Economía en 2024, y David Autor. Autor llegó a declarar que el trabajo lo había «impresionado profundamente» .

No obstante, en enero de 2025, un científico con experiencia en ciencia de materiales expresó dudas sobre la metodología y los resultados del estudio. Estas preocupaciones llevaron a Acemoglu y Autor a solicitar una revisión interna por parte del MIT.

Tras la investigación, el instituto concluyó que «no tiene confianza en la procedencia, fiabilidad o validez de los datos y en la veracidad de la investigación contenida en el artículo» .

Como resultado, el MIT solicitó la retirada del artículo de la plataforma de prepublicaciones arXiv y pidió que se cancelara su evaluación en el Quarterly Journal of Economics. Sin embargo, hasta la fecha, el autor no ha accedido a retirar el documento de arXiv, lo que ha llevado al MIT a emitir una declaración pública para aclarar su posición.

Además, el instituto también confirmó que Toner-Rodgers ya no forma parte de la institución .

Este caso pone de relieve la importancia de la rigurosidad en la investigación científica, especialmente en áreas emergentes como la inteligencia artificial. También subraya la necesidad de una revisión exhaustiva y transparente antes de aceptar conclusiones que podrían tener un impacto significativo en la comunidad científica y en la sociedad en general.

La controversia también ha generado un debate más amplio sobre el papel de la IA en la investigación científica. Mientras que algunos estudios sugieren que la IA puede aumentar la productividad individual de los científicos, también señalan que podría reducir la diversidad temática en la ciencia, concentrando los esfuerzos en áreas establecidas y ricas en datos.

En definitiva, el incidente subraya la necesidad de un enfoque equilibrado y crítico en la integración de la inteligencia artificial en la investigación científica, asegurando que las herramientas tecnológicas complementen y potencien, en lugar de reemplazar o distorsionar, el trabajo humano.

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