El ambicioso plan de Apple para transformar a Siri en un asistente conversacional de última generación está lleno de desafíos técnicos y regulatorios. Mientras sus competidores avanzan, la tecnológica de Cupertino lucha por cumplir sus propias promesas.
Apple, una de las compañías más valiosas del mundo, atraviesa serias dificultades para actualizar Siri, su asistente de voz integrado en el iPhone, con tecnología de inteligencia artificial (IA) avanzada. Los retrasos en el desarrollo de estas funciones, clave para su estrategia futura, han generado preocupación entre los inversores de cara al esperado evento anual Worldwide Developers Conference (WWDC), que comenzará la próxima semana.
Según revelaron ex empleados de la empresa al Financial Times, Apple ha enfrentado importantes obstáculos al intentar modernizar Siri con grandes modelos de lenguaje (LLM), capaces de ofrecer respuestas mucho más sofisticadas a comandos de voz. A diferencia de sus rivales como OpenAI, que construyeron asistentes basados en IA generativa desde cero, Apple intentó evolucionar su tecnología existente, un enfoque que ha resultado problemático.
«Era evidente que no se podía renovar Siri con lo que los ejecutivos llamaban ‘escalar la colina’, es decir, desarrollando incrementalmente el producto en lugar de reconstruirlo desde cero», afirmó un ex ejecutivo de Apple. «Está claro que tropezaron», agregó.
El rediseño de Siri es una pieza fundamental de Apple Intelligence, un conjunto de funciones de IA que la compañía anunció en su WWDC del año pasado con el objetivo de impulsar las ventas de hardware.
Problemas regulatorios y técnicos
El desafío no es solo técnico. Apple también enfrenta barreras regulatorias, especialmente en China. Según el FT, la compañía intenta lanzar sus funciones de IA en ese país utilizando modelos desarrollados por Alibaba, pero las autoridades de Beijing han bloqueado la implementación. Las tensiones comerciales impulsadas por el expresidente Donald Trump han endurecido el control sobre acuerdos tecnológicos sensibles.
El incumplimiento reiterado de los plazos para liberar las funciones de Apple Intelligence ya anunciadas ha reducido las expectativas para el próximo WWDC. «Estamos en un punto en el que los inversores ya conocen las posibles buenas noticias, y se trata de: primero, cumplan lo que prometieron el año pasado», afirmó Samik Chatterjee, analista de JPMorgan.
Estos contratiempos han afectado directamente el desempeño bursátil de Apple. En lo que va de 2025, sus acciones han caído alrededor de 18%, convirtiéndose en la peor entre las denominadas Magnificent 7 del sector tecnológico, mientras que el índice Nasdaq se mantiene estable.
Además de los desafíos en IA, los inversores están inquietos por las amenazas competitivas en China, la presión legal sobre el lucrativo negocio de servicios de Apple y el impacto de los aranceles de Trump.
El talón de Aquiles: Siri
El corazón de las dificultades de Apple en IA es Siri, su asistente de voz legado. «Cuando ChatGPT se lanzó a fines de 2022, la forma en que las empresas abordaban la interacción conversacional cambió rápidamente, y quedó claro que Siri se estaba quedando atrás», señaló otro ex alto empleado de Apple.
Este mismo exempleado admitió estar «sorprendido» al ver que algunas funciones anunciadas el año pasado «no llegarían a tiempo» para el lanzamiento inicial de Apple Intelligence.
Mientras tanto, OpenAI, Google y Perplexity ya han lanzado asistentes de voz ampliamente considerados más avanzados que Siri. En respuesta, Apple presentó el año pasado un asistente potenciado por IA capaz de leer la pantalla del usuario, utilizar información contextual y ejecutar acciones dentro de las apps. Algunas funciones, como ayudas de escritura, generación de imágenes y emojis, y búsqueda visual, ya llegaron al mercado, pero las mejoras en Siri siguen pendientes.
El propio Tim Cook, CEO de Apple, admitió recientemente que la tecnología aún no alcanza el «alto estándar de calidad» de la empresa y que el desarrollo «está tomando un poco más de tiempo de lo que pensábamos».
Los retrasos llevaron incluso a la compañía a retirar anuncios de TV protagonizados por la actriz Bella Ramsey, que promocionaban la nueva versión de Siri. Esto provocó varias demandas por publicidad engañosa.
Estrategia fragmentada y enfoque en privacidad
Según analistas de Bank of America, el estado actual del proyecto indica que Apple está al menos a tres años de ofrecer un asistente de voz verdaderamente moderno, un retraso considerable frente a sus competidores.
Los problemas han provocado cambios internos. John Giannandrea, responsable de IA en Apple y ex Google, perdió este año el control directo sobre Siri, que pasó a manos de Mike Rockwell, líder del desarrollo del dispositivo de realidad mixta Vision Pro.
Ex empleados señalaron que la falta de liderazgo unificado y el bajo compromiso presupuestario inicial obstaculizaron la estrategia de IA de Apple. Otro factor de complejidad es el enfoque de la compañía en privacidad y seguridad: prioriza modelos más pequeños que operan localmente en el dispositivo, en contraste con los grandes LLM que funcionan en la nube, como los de OpenAI.
Precisamente, Apple ha integrado ChatGPT en Siri para compensar estas limitaciones, pero la dependencia de un socio externo añade presión. Mientras tanto, OpenAI ha anunciado un acuerdo de U$S 6.500 millones para adquirir IO, la compañía fundada por el exdiseñador de Apple, Jony Ive, con el fin de desarrollar productos de hardware que podrían competir directamente con Apple. La noticia provocó una caída adicional del 2% en las acciones de la empresa.
El desafío que viene
Con su posición en juego, Apple enfrenta el reto de demostrar que puede seguir liderando en un mercado de IA que evoluciona rápidamente. Si bien su apuesta por la privacidad es un diferenciador clave, la presión por cumplir sus promesas crece. El WWDC de la próxima semana será una prueba crucial: los inversores y los usuarios esperan señales claras de que Apple puede, efectivamente, ponerse al día en la carrera por la inteligencia artificial.