El 1 de julio marcó un punto de quiebre en la relación entre creadores de contenido y las grandes tecnológicas. Cloudflare impulsa un cambio de paradigma que busca frenar el uso gratuito de contenido por parte de los sistemas de IA y propone un nuevo modelo de valor para la web.
Durante casi tres décadas, la web funcionó bajo un acuerdo tácito: los motores de búsqueda como Google indexaban contenido a cambio de tráfico. Ese flujo alimentaba modelos de negocio basados en publicidad, suscripciones o simplemente en la visibilidad. Sin embargo, esa era está llegando a su fin. La irrupción de la inteligencia artificial generativa cambió las reglas del juego y compañías como Cloudflare están decididas a enfrentar esta transformación.
“Hoy comienza el Content Independence Day. A partir de ahora, el contenido no será accesible para las IA si no hay compensación”, anunció Cloudflare en una declaración pública.
La empresa —conocida por su infraestructura de seguridad y rendimiento en la nube— está liderando un movimiento junto a editores y otros actores del ecosistema digital para bloquear a los crawlers de inteligencia artificial que no paguen por el contenido que utilizan. La medida busca establecer una nueva lógica de intercambio en un entorno que, según Cloudflare, ha dejado de beneficiar a los creadores.
Un modelo que dejó de funcionar
El texto publicado por Cloudflare hace un repaso del pacto fundacional de Internet: Google ofrecía indexación a cambio de tráfico. A través de herramientas como AdSense, DoubleClick y Google Analytics, los creadores podían monetizar su trabajo o, al menos, saber quién lo consumía.
“Esa relación definió la web y le permitió florecer”, reconocen desde la compañía. Sin embargo, la situación actual es muy distinta.
Google ha dejado de ser un mero agregador de enlaces. Hoy, su buscador ofrece respuestas completas a través de cajas de resultados y, más recientemente, mediante AI Overviews, que responden directamente las consultas de los usuarios sin que tengan que abandonar la plataforma.
Según Cloudflare, estas prácticas están erosionando el valor del contenido original: “Con la caja de respuestas, el 75% de las consultas se resuelven sin que el usuario salga de Google. Con AI Overviews, ese porcentaje es aún mayor”.
El resultado: los sitios reciben cada vez menos visitas y, por ende, menos ingresos. Peor aún es el impacto de los sistemas de IA como los de OpenAI y Anthropic.
“Con OpenAI, es 750 veces más difícil obtener tráfico que con el viejo Google. Con Anthropic, es 30.000 veces más difícil”, aseguran desde Cloudflare.
La razón es clara: los usuarios no acceden a los originales, sino a respuestas generadas a partir de derivados. La IA consume contenido creado por terceros sin redirigir tráfico ni otorgar visibilidad.
¿Y ahora qué?
Ante este escenario, Cloudflare propone cambiar el modelo. Su primer paso fue bloquear el acceso de los crawlers de IA no autorizados. Pero van más allá: están diseñando un marketplace que reemplace el antiguo sistema de tráfico por uno que valore el conocimiento aportado.
La propuesta es utilizar una metáfora clara para entender el valor del contenido: un motor de IA como un bloque de queso suizo. Los huecos representan vacíos de conocimiento, y el contenido original que los llena tiene más valor que el contenido repetitivo o superficial.
“Si logramos puntuar el contenido por cuánto contribuye al conocimiento —es decir, cuántos huecos en el queso ayuda a llenar—, no solo mejorarán los motores de IA, sino que podríamos facilitar una nueva era dorada de creación de contenido de alto valor”, plantea Cloudflare.
Aunque el modelo aún está en desarrollo, la empresa ya trabaja con economistas y científicos computacionales para diseñar un sistema justo, transparente y funcional para todas las partes.
Un cambio inevitable
El trasfondo de esta movida no es sólo técnico, sino económico y filosófico. El modelo de negocio de la web está mutando rápidamente. Para Cloudflare, es una oportunidad de corregir errores del pasado y construir un ecosistema digital más justo.
“La web está cambiando. Su modelo de negocio cambiará. Y en ese proceso, tenemos la oportunidad de aprender de lo que funcionó y mejorar lo que no”, afirman.
La compañía se presenta como un actor clave en este nuevo equilibrio. Su infraestructura protege redes corporativas, acelera aplicaciones, previene ciberataques y ahora también busca garantizar que los creadores reciban lo que les corresponde por su aporte al desarrollo de la inteligencia artificial.
El mensaje es claro: la IA necesita contenido para evolucionar. Y ese contenido tiene un costo. El Content Independence Day podría marcar el inicio de una nueva etapa en la web, donde la retribución deje de depender del tráfico y comience a medirse en valor real.