Ahora Meta redefine su estrategia: abandonaría modelos abiertos para enfocarse en IA cerrada

Una transformación profunda impulsada por su nuevo laboratorio de superinteligencia y el liderazgo de Alexandr Wang. El modelo abierto Behemoth podría quedar relegado en favor de un sistema cerrado, marcando un giro filosófico y técnico en la estrategia de Meta.

Meta, una de las compañías tecnológicas más influyentes del mundo, se encuentra en el umbral de un cambio estructural en su estrategia de inteligencia artificial. A partir de la creación del nuevo Meta Superintelligence Lab, el gigante de Menlo Park analiza dejar de lado Behemoth, su modelo de IA más avanzado de código abierto, para avanzar hacia un modelo cerrado. La medida, aún en evaluación, implicaría un giro no solo técnico, sino también filosófico, en una empresa que hasta ahora se había posicionado como defensora del código abierto en IA.

Las conversaciones se dieron la semana pasada entre un pequeño grupo de líderes del nuevo laboratorio, incluido Alexandr Wang (en la foto), flamante Chief AI Officer de Meta, de tan solo 28 años. Según fuentes cercanas citadas por medios estadounidenses, Wang y su equipo pusieron en duda la viabilidad del modelo abierto Behemoth, cuya publicación fue retrasada por problemas de rendimiento interno, y plantearon la posibilidad de construir una alternativa cerrada para competir con rivales como OpenAI, Google y Anthropic.

Un cambio cultural para Meta

Durante años, Meta —antes Facebook— se diferenció por abrir al público el código de sus modelos de IA, incluyendo los recientes LLaMA 3.2, con el argumento de acelerar el desarrollo global y democratizar el acceso a estas tecnologías. Incluso, uno de los principales referentes internos en IA, Yann LeCun, llegó a afirmar que “la plataforma que ganará será la abierta”. Pero las recientes decisiones muestran que esa convicción ya no es tan firme.

Obviamente somos muy pro open source, pero nunca me comprometí a liberar absolutamente todo lo que hacemos”, había advertido el propio Mark Zuckerberg en una entrevista el año pasado, dejando la puerta abierta a la estrategia que hoy toma forma.

La visión de superinteligencia

El impulso detrás de esta transformación es el ambicioso objetivo de Meta: desarrollar una IA superinteligente, es decir, que supere las capacidades cognitivas humanas. Para eso, Zuckerberg puso en marcha un plan agresivo de inversión y fichajes estratégicos. En junio, Meta invirtió U$S 14.300 millones en Scale AI, adquiriendo el 49% de la startup fundada por Alexandr Wang, quien pasó a liderar el área de IA de la compañía junto a un equipo de élite.

Desde entonces, Wang ha reclutado a un grupo exclusivo de una docena de investigadores, incluyendo exlíderes de Scale y figuras como Nat Friedman, exCEO de GitHub. El equipo trabaja en una zona aislada del campus de Meta en Menlo Park, justo al lado de la oficina de Zuckerberg.

En una sesión reciente con los aproximadamente 2.000 empleados del área de IA, Wang aseguró que “todo el equipo estará enfocado en la creación de superinteligencia”, aunque no dio definiciones concretas sobre si los nuevos modelos serán abiertos o cerrados.

Tensiones internas y fuga de talento

Este redireccionamiento no está exento de tensiones. Desde la creación del nuevo laboratorio, equipos que trabajaban en Behemoth dejaron de realizar pruebas, y se espera que en agosto, tras el próximo período de vesting, se produzca una salida significativa de talento en áreas que quedaron fuera de la órbita de Wang.

La reorganización también desplazó a antiguos responsables del área de IA generativa, en lo que muchos ven como un recambio de poder dentro de Meta. Si bien la decisión final sobre el rumbo de la estrategia aún recae en Zuckerberg, todo indica que la compañía está lista para dejar atrás su enfoque abierto en favor de una IA más controlada y competitiva, capaz de liderar la próxima era tecnológica.

Un movimiento que reconfigura el tablero

Este posible giro no solo modificaría el lugar de Meta en el ecosistema de inteligencia artificial, sino que también cambiaría las reglas de juego para toda la industria. Meta fue clave en permitir que empresas como DeepSeek, en China, desarrollaran modelos avanzados a partir de su código abierto. De consolidarse un modelo cerrado, ese efecto multiplicador podría reducirse drásticamente.

Mientras tanto, la competencia no se detiene. OpenAI avanza con sus modelos GPT, Google apuesta por Gemini y Anthropic fortalece su ecosistema Claude. En ese contexto, Meta busca reposicionarse en la carrera por la inteligencia artificial, ahora con más secretismo, más inversión y una ambición clara: alcanzar la superinteligencia antes que nadie.

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