Con apenas ocho meses de vida, la plataforma que permite crear apps y sitios web con lenguaje natural ya tiene 2,3 millones de usuarios activos, 180.000 suscriptores pagos y clientes como Klarna y HubSpot.
En un hito que sacude al ecosistema europeo de inteligencia artificial, Lovable, una joven startup sueca fundada hace apenas ocho meses, se convirtió en unicornio tras cerrar una ronda Serie A de U$S 200 millones liderada por el fondo Accel, lo que elevó su valuación a U$S 1.800 millones.
Lovable desarrolla una plataforma de “código con vibra”, que permite a cualquier persona —incluso sin conocimientos técnicos— crear aplicaciones y sitios web simplemente usando lenguaje natural. Al igual que soluciones como Cursor, la compañía aprovecha el poder de los modelos de lenguaje de gran escala (LLMs) para transformar instrucciones escritas en funcionalidades reales.
En estos pocos meses de operación, Lovable afirma haber alcanzado 2,3 millones de usuarios activos, de los cuales 180.000 son suscriptores pagos. Según su fundador y CEO, Anton Osika, la compañía ya logró un ingreso anual recurrente (ARR) de U$S 75 millones en tan solo siete meses, un crecimiento tan acelerado que justifica el entusiasmo de los inversores.
“Todos los días, fundadores brillantes y operadores con ideas transformadoras se chocan con la misma pared: no tienen un desarrollador para concretar su visión rápida y fácilmente”, declaró Osika en un comunicado. Lovable apunta justamente a resolver esa fricción, permitiendo que las ideas lleguen al prototipo funcional sin la necesidad inicial de un programador.
La Serie A contó también con la participación de fondos que ya habían apostado por la compañía, como 20VC, byFounders, Creandum, Hummingbird y Visionaries Club. En febrero pasado, Creandum había liderado una ronda pre-Serie A de U$S 15 millones, cuando Lovable ya facturaba U$S 17 millones anuales con solo 30.000 clientes pagos y un gasto acumulado de apenas U$S 2 millones.
Además del respaldo institucional, la ronda incluyó a reconocidos inversores ángeles, como el CEO de Klarna, Sebastian Siemiatkowski; el CEO de Remote, Job van der Voort; el cofundador de Slack, Stewart Butterfield, y el cofundador de HubSpot, Dharmesh Shah.
Lo más llamativo del caso Lovable es su eficiencia: la compañía opera con solo 45 empleados a tiempo completo, un número casi equivalente a la cantidad de inversores de alto perfil que participaron en la última ronda. Esa estructura liviana contrasta con el volumen de uso: la plataforma ya fue utilizada para crear 10 millones de proyectos, según datos compartidos por la empresa.
Buena parte del crecimiento de Lovable se explica por su adopción entre usuarios no técnicos, que la utilizan para desarrollar prototipos que luego pueden perfeccionar con desarrolladores. Sin embargo, la ambición de la empresa va más allá: “Nos imaginamos como una herramienta para construir aplicaciones de producción que sostengan negocios completos”, afirmó Osika.
El potencial ya empieza a materializarse. Según el CEO, una app desarrollada con Lovable por una importante edtech brasileña facturó U$S 3 millones en apenas 48 horas. Además, la startup ya suma clientes corporativos como Klarna y HubSpot, lo que indica una rápida expansión también en el segmento enterprise.
Lovable no solo ha captado la atención del mercado por su velocidad de crecimiento y su eficiencia operativa, sino también por su visión: democratizar el desarrollo de software a través de la inteligencia artificial, reduciendo las barreras de entrada para millones de emprendedores y empresas. En un entorno global donde el tiempo y el talento técnico son recursos escasos, propuestas como la de esta startup sueca podrían marcar el rumbo de la próxima generación de herramientas de desarrollo.