Mientras las universidades y los profesores debaten entre la innovación y el riesgo, gigantes como OpenAI, Anthropic, Google y Mistral AI apuestan por chatbots educativos y soluciones personalizadas que prometen revolucionar el aprendizaje. ¿Hasta dónde llegan los beneficios y cuáles son los desafíos de esta transformación?
La irrupción de ChatGPT Edu y Claude en la universidad
La inteligencia artificial (IA) generativa está cambiando rápidamente las reglas de juego en la educación superior. ChatGPT, de OpenAI, es actualmente el modelo lingüístico más popular del mundo y sus aplicaciones en contextos educativos ya son masivas: según datos internos de la empresa, más del 25% de las consultas realizadas a ChatGPT por usuarios universitarios en EE.UU. están relacionadas con tareas educativas.
La competencia tampoco se queda atrás. Anthropic, con su asistente Claude, y Mistral AI, de París, desarrollan productos ajustados a contextos académicos, buscando ganar terreno en universidades y escuelas de negocio en Europa y Estados Unidos. Oxford firmó una alianza estratégica con OpenAI, mientras universidades como Michigan colaboran con Google, y prestigiosas escuelas europeas, como Emlyon, apuestan por Mistral AI.
Del apoyo al plagio: los riesgos de la IA educativa
Si bien las empresas tecnológicas argumentan que la inteligencia artificial impulsa el aprendizaje y la inclusión, los desafíos éticos y académicos no tardan en aparecer. El plagio encabeza la lista de preocupaciones de los profesionales.
“Los detectores de IA online son inútiles… Lo más fácil de detectar es cuando los estudiantes hacen referencias a cosas que no sucedieron en el texto”, afirma un profesor graduado de una universidad estadounidense. Las estrategias de los estudiantes también evolucionan, combinando IA con software que altera la redacción para eludir los controles.
Esta realidad ha llevado a algunos docentes a exigir que los alumnos entreguen no solo los ensayos, sino también los prompts utilizados en el chatbot. Otros han decidido volver a los orígenes: “La solución es hacer que los estudiantes dejen sus portátiles y escriban los ensayos a mano, como hacía con generaciones anteriores”, sostiene Patrick Kirch, profesor de la Universidad de Hawai’i.
Avances, desigualdades y debate sobre el aula del futuro
Instituciones como Harvard Business School y Rollins College han integrado ChatGPT Edu y metodologías basadas en IA al currículo, permitiendo su uso como tutor personalizado o herramienta para la creatividad y el desarrollo de proyectos. “Antes de las calculadoras, los exámenes de matemáticas eran distintos… Esperamos ver algo similar con la irrupción de la IA”, reflexiona Daniela Amodei, presidenta y cofundadora de Anthropic. “La IA puede ser un poderoso compañero, no un sustituto del pensamiento crítico”, enfatiza.
Sin embargo, la adopción no es uniforme. En Europa, una investigación del Financial Times al acceso oficial a herramientas de IA en más de 100 universidades británicas reveló que la mayoría no utiliza estos productos, y los presupuestos anuales varían de menos de £100 a £45.000, sumando un gasto total de apenas £250.000 desde 2023 entre 20 instituciones.
Resultados ambiguos y advertencias científicas
La evidencia sobre el impacto de la IA en el aprendizaje es mixta. Un estudio liderado por Hamsa Bastani, profesora en Wharton, evaluó a tres cohortes de estudiantes en Turquía: una con métodos tradicionales, otra con ChatGPT estándar y una tercera con una versión “guía” de IA. El grupo que usó ChatGPT tradicional rindió un 17% peor en pruebas sin acceso a la tecnología respecto al método clásico. “El uso descuidado de estas herramientas en escuelas es incluso más perjudicial que no hacer nada”, advirtió Bastani.
Tampoco faltan alertas sobre el “cognitive offloading”: delegar la solución de problemas a la IA reduce la capacidad de pensamiento crítico. Un análisis de Anthropic sobre 600.000 preguntas estudiantiles mostró que casi la mitad buscaban directamente respuestas, y muchos solicitaban reescritura de textos para evitar el plagio.
“Existen preocupaciones legítimas de que los sistemas de IA sirvan de muleta para los estudiantes, inhibiendo el desarrollo de habilidades clave necesarias para el pensamiento superior”, concluyeron los autores del informe.
Dilemas laborales para la generación universitaria
Por otro lado, la irrupción de la IA también está afectando el mercado laboral para graduados recién salidos de la universidad. Dario Amodei, CEO de Anthropic, ha advertido sobre el riesgo de que la IA elimine la mitad de los empleos administrativos o “white-collar” de entrada. En Estados Unidos, el desempleo entre recién graduados llegó al 5,8% tras la expansión de la IA generativa, y Oxford Economics atribuye el 85% del aumento del desempleo en el último año al reemplazo de puestos iniciales por tecnologías de IA.
En el Reino Unido, las vacantes de empleos de nivel inicial cayeron casi un tercio desde la llegada de ChatGPT, según datos de Adzuna, lo que lleva a los estudiantes a cuestionar si la inversión en una carrera universitaria sigue siendo rentable.
“Los estudiantes se gradúan con una montaña de deudas esperando carreras largas, pero si los empleos están desapareciendo, la ecuación de ir a la universidad cambia fundamentalmente”, reconoce Jason Hausenloy, estudiante de matemáticas en Berkeley.
El debate continúa
Pese a la vertiginosa transformación, muchos coinciden en la necesidad de cautela y regulación para garantizar un uso responsable y ético de la IA educativa. “Lo realmente importante es que los estudiantes conecten ideas y comprendan conceptos integradores, no solo que repitan ‘hechos’”, concluye el profesor Kirch.
Mientras tanto, gigantes tecnológicos y universidades de élite aceleran el desarrollo de soluciones, y los estudiantes se debaten entre las oportunidades y los riesgos de esta nueva era del aprendizaje mediado por IA. El aula, y el mercado laboral, no volverán a ser los mismos.
Fuente: FT.com