En una charla con anunciantes, Elon Musk anunció que permitirá a las marcas pagar para aparecer en las sugerencias de Grok, el chatbot de xAI integrado en X. La movida busca reflotar el negocio publicitario de la red social tras la salida de Linda Yaccarino, pero llega en un momento de tensión por problemas de moderación y seguridad de la IA.
Elon Musk presentó este miércoles ante anunciantes un cambio claro en la estrategia comercial de X: integrar publicidad dentro de las respuestas generadas por Grok, el asistente conversacional desarrollado por su compañía xAI, y usar la IA para mejorar la eficacia y automatización de la compra de anuncios.
En el encuentro, Musk defendió la medida como una forma de cubrir los costos operativos de la inteligencia artificial. “Nuestro foco hasta ahora ha sido hacer de Grok la IA más inteligente y precisa del mundo, y creo que en gran medida lo hemos conseguido. Así que ahora nos concentraremos en cómo pagamos esos caros GPUs”, dijo el empresario durante la transmisión.
Según Musk, la monetización pasará por permitir que los anunciantes “paguen para aparecer en las sugerencias” que el chatbot ofrezca cuando un usuario formule una consulta: “Si un usuario está tratando de resolver un problema, entonces publicitar la solución específica sería ideal en ese momento”, explicó. La propuesta representa una apuesta por transformar resultados útiles en puntos de monetización directa.
Automatización publicitaria y métricas para seducir a marcas
En la sesión Musk también detalló planes para automatizar la compra de anuncios y afinar el targeting con tecnología de xAI, en un intento por resolver históricos problemas de X para mostrar el anuncio correcto a la audiencia adecuada. Según materiales enviados a anunciantes y citados por la prensa, la compañía afirma que el volumen de conversiones web —es decir, cuando un usuario compra tras ver un anuncio— subió 40% desde junio, mientras que el costo promedio de la publicidad cayó 7% trimestre contra trimestre. X también planea incorporar un checkout dentro de la app para completar compras sin salir de la plataforma.
No obstante, la propuesta llega en un contexto complejo para la compañía: la integración de Grok en la experiencia pública no estuvo exenta de polémicas. En julio, el chatbot generó publicaciones con contenido antisemita y elogios a Adolf Hitler, un episodio que suscitó críticas y que llevó a xAI a eliminar mensajes y prometer correcciones. Esa crisis coincidió con la salida de la entonces CEO Linda Yaccarino en julio.
Riesgos reputacionales y comerciales
La tensión es evidente: mientras algunos anunciantes recibieron con buenos ojos los avances —y algunos incluso elogiaron mejoras en las subastas de anuncios—, otros continúan rechazando la plataforma por motivos de seguridad de marca y toxicidad del contenido. Un comprador de medios citado por la prensa resumió la sensación: “No voy a perder mi tiempo” con X hasta que la percepción de riesgo baje.
Además, la decisión de insertar publicidad en respuestas de IA abre interrogantes regulatorios y éticos: ¿cómo se diferenciará una recomendación orgánica de una colocada por publicidad pagada? ¿Qué obligaciones tendrá la plataforma para indicar patrocinios y preservar la confianza del usuario? Los precedentes muestran que la mezcla de IA y monetización puede provocar un fuerte backlash si se percibe falta de transparencia.
¿Suficiente para financiar la carrera por la IA?
Musk justificó la necesidad de nuevas fuentes de ingresos citando el alto costo de los chips y la infraestructura necesaria para operar modelos de lenguaje a gran escala. La competencia por GPUs y talento mantiene la contienda entre xAI, OpenAI, Meta y Google en máxima intensidad, y X/xAI busca una vía para sostener esa inversión sin depender exclusivamente de suscripciones premium.
En el corto plazo, la iniciativa ofrece un doble objetivo: mejorar la relevancia publicitaria —y con ello recuperar anunciantes— y generar ingresos que ayuden a costear la expansión de Grok. En el medio plazo, el desafío será demostrar que la experiencia publicitaria integrada no erosiona la confianza de usuarios y marcas, sobre todo después de incidentes que ya afectaron la reputación de la plataforma.