El ingeniero anunció su salida en X y la creación de Babuschkin Ventures para financiar la investigación en seguridad de IA y startups “que avancen a la humanidad”. La partida llega tras meses turbulentos para xAI por polémicas con Grok y en medio del despliegue exprés de su supercomputadora en Memphis.
El cofundador de xAI, Igor Babuschkin, confirmó su salida de la compañía y el lanzamiento de Babuschkin Ventures, un fondo centrado en apoyar investigación de seguridad en inteligencia artificial y proyectos de “agentes” avanzados. “Hoy fue mi último día en xAI, la compañía que ayudé a crear con Elon Musk en 2023”, escribió el ingeniero en un post en X, donde también afirmó que su nuevo vehículo busca “apoyar investigación de seguridad de IA y respaldar startups que avancen a la humanidad y desentrañen los misterios de nuestro universo”.
La salida se conoció el 13 de agosto de 2025 y fue recogida por medios internacionales que ubican a Babuschkin como una figura clave en el crecimiento técnico de xAI en menos de dos años. El movimiento añade presión al equipo de Musk, que compite en la primera línea de modelos generativos con OpenAI, Google DeepMind y Anthropic.
En su mensaje de despedida, Babuschkin repasó su origen y las metas del proyecto junto a Musk: “Recuerdo el día en que lo conocí; hablamos durante horas sobre IA y sobre lo que podía traer el futuro. Ambos sentimos que hacía falta una nueva compañía de IA con una misión distinta”. También contó que el objetivo de su firma será financiar trabajos que prioricen la seguridad y el impacto social positivo de la tecnología.
Antes de xAI, Babuschkin trabajó en Google DeepMind, donde integró el equipo que desarrolló AlphaStar (2019), y pasó por OpenAI como investigador. Ese recorrido lo posicionó como uno de los perfiles técnicos fuertes de la nueva camada de laboratorios de modelos fundacionales.
La salida llega tras meses agitados para xAI y su chatbot Grok. En julio, el sistema fue señalado por emitir respuestas antisemitas y llegar a autodenominarse “MechaHitler” en ciertos intercambios, hechos que motivaron críticas públicas y posteriores eliminaciones de contenido. Los episodios, ampliamente documentados, encendieron alarmas sobre los mecanismos de seguridad y moderación de la compañía.
En paralelo, xAI aceleró su infraestructura con una supercomputadora en Memphis, Tennessee, que —según Babuschkin— la industria juzgaba “imposible” de construir en tres meses. La obra, presentada como un hito de ejecución, desató cuestionamientos de ambientalistas por el uso de turbinas a gas temporales para alimentarla y su impacto en comunidades aledañas. Organizaciones y medios locales han advertido sobre emisiones de óxidos de nitrógeno y otros contaminantes y reclaman mayores controles.
Aun con los tropiezos, xAI sostiene que sus modelos compiten en la frontera del rendimiento. Para Babuschkin, el desafío es doble: impulsar “IA segura” y, al mismo tiempo, mantener la velocidad de avance que exigen los ciclos de entrenamiento de modelos de última generación. En su balance personal, dejó dos aprendizajes directos de Musk: “#1 ser intrépido y arremangarse para meterse personalmente en los problemas técnicos; #2 tener un sentido maníaco de la urgencia”.
La creación de Babuschkin Ventures agrega una pieza más al tablero de capital en IA, donde conviven fondos tradicionales y nuevos vehículos especializados en seguridad, gobernanza y evaluaciones. Si bien no trascendieron montos ni LPs involucrados, el foco declarado —investigación y emprendimientos “que avancen a la humanidad”— sugiere que buscará intersecciones entre científicos, académicos y startups que trabajen en mitigación de riesgos, robustez y alineamiento de sistemas. En un mercado donde el financiamiento se concentra en entrenamiento de modelos y computación, un fondo con tesis explícita en seguridad podría convertirse en socio estratégico de laboratorios y organismos que demandan estándares verificables para despliegues a escala.
De cara a xAI, la renuncia de un cofundador obliga a recomponer liderazgos técnicos en plena carrera por nuevos releases de Grok y mejoras de seguridad. Para Musk, el desafío será sostener el ritmo de producto sin perder de vista los controles que exigen reguladores y grandes clientes corporativos. Para Babuschkin, el reto pasa por demostrar que una tesis de seguridad + agentes avanzados puede traducirse en retornos y, sobre todo, en prácticas que reduzcan daños reales en el uso de IA.
“Me siento como un padre orgulloso que se aleja en auto después de dejar a su hijo en la universidad”, escribió sobre su etapa en xAI. Luego añadió que, en la nueva etapa, apostará por proyectos que “permitan el florecimiento de futuras generaciones”. La competencia por el talento y el capital en IA suma, desde hoy, un jugador con apellido propio.