DeepSeek y Huawei: las compañías chinas quieren competir y triplicar su producción de chips

Beijing acelera la construcción de fábricas y alinea fabricantes, memoria y software para reducir la dependencia de Nvidia tras las restricciones de Washington. Un plan que promete triplicar la producción de procesadores de IA el próximo año, pero que exige años de integración tecnológica.

Fábricas en fila: 1 antes de fin de año, 2 más el año que viene

China se ha propuesto acelerar su capacidad de producir procesadores para inteligencia artificial: fuentes consultadas por el artículo aseguran que una planta dedicada a los chips de Huawei empezará a producir “tan pronto como a fin de este año” y que dos plantas adicionales se lanzarán durante 2025. En conjunto, la capacidad de estas tres líneas, una vez plenamente escalada, podría superar la salida actual de líneas similares en SMIC, el mayor foundry chino.

Sin embargo, Huawei negó que vaya a lanzar sus propias fábricas: la compañía declinó confirmar planes de propiedad o control sobre esas plantas y dijo no tener intención de abrir fabs propias, según la nota.

Paralelamente, SMIC planea duplicar su capacidad para fabricar chips a 7 nanómetros el próximo año, y Huawei figura hoy como su mayor cliente en esos nodos.

El estándar local: FP8 y la apuesta de DeepSeek

Un elemento técnico clave de la estrategia china es la adopción de un estándar que favorezca la eficiencia de hardware a costa de precisión: DeepSeek anunció recientemente que sus modelos usan un formato de datos FP8, diseñado para adaptarse a la próxima generación de chips domésticos. Según la nota, ese enfoque permite «compensar» generaciones de atraso en procesos frente a rivales como Nvidia.

En palabras de un directivo vinculado al ecosistema: “La producción doméstica no será un problema por mucho tiempo, especialmente con toda la capacidad que entrará en funcionamiento el próximo año”.

Un ejecutivo de DeepSeek añadió: “Si logramos desarrollar y optimizar estos chips chinos para entrenar y ejecutar modelos en un ecosistema chino en evolución continua, algún día miraremos atrás y definiremos este cambio como un momento aún más significativo para DeepSeek”.

La estrategia consiste en alinear diseñadores de chips (Cambricon, MetaX, Biren…), proveedores de memoria y herramientas de software para crear un ecosistema cohesionado que compense limitaciones en el silicio con optimizaciones a nivel de sistema.

Memoria, financiación y mercado: piezas del rompecabezas

China también avanza en memoria de alta gama. CXMT prueba muestras de HBM3 (High Bandwidth Memory) con el objetivo de lanzar productos el año próximo, un paso que dejaría a ese fabricante apenas una generación por detrás de las memorias usadas por los chips líderes de Nvidia.

En el frente financiero, la política y el capital acompañan la iniciativa: Cambricon obtuvo aprobación para levantar U$S 600 millones este año, y cuatro fabricantes chinos más —incluyendo Biren y MetaX— habrían recaudado unos U$S 3.000 millones en rondas pre-IPO combinadas. Tras los anuncios, las acciones de empresas como Cambricon y SMIC subieron con fuerza.

La dependencia aún persiste — y los desafíos son técnicos y de plazo

A pesar de los avances, el ecosistema chino todavía depende en parte del hardware de Nvidia para entrenar modelos a gran escala: DeepSeek, pese a su trabajo con chips domésticos en muestras piloto, continúa por ahora entrenando sus modelos en clústeres de Nvidia. Solo cuando los chips chinos sean plenamente adaptables al estándar y mejoren su rendimiento podrá cambiar esa dependencia.

Además, expertos citados en el texto remarcan que lograr esa integración exige una colaboración de años entre fabricantes de chips, productores de memoria, proveedores de conectividad y desarrolladores de software —un proceso complejo que va más allá de encender fábricas.

Como apuntó Liang Wenfeng, fundador de DeepSeek: “La ventaja de Nvidia no la hace una sola empresa, sino el esfuerzo colaborativo de toda la comunidad occidental e industrial. El desarrollo de la IA en China necesita el mismo ecosistema”.

Hay urgencia estratégica pero la gran batalla será en 2026–2027

La aceleración de plantas, la adopción de FP8 y las apuestas por memoria HBM3 muestran que China no solo reacciona a las restricciones de exportación de EE. UU. sobre procesadores (que han cortado el acceso a los chips más avanzados de Nvidia), sino que intenta forjar una ruta alternativa: más capacidad doméstica y mayor alineamiento técnico.

No obstante, el artículo subraya lo obvio: pueden activarse plantas y levantar inversiones, pero convertir esa capacidad en competitividad real frente a líderes globales exige tiempo, integración y resultados técnicos verificables. Si todo funciona, la estrategia podrá acortar la dependencia; si no, el país habrá comprado capacidad sin superar la brecha tecnológica en rendimiento por vatio que hoy define la carrera por la supremacía en IA.

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