Lovable: la start-up de “vibe coding” que ya recibe ofertas por más de U$S 4.000 millones

Tras cerrar una ronda de U$S 200 millones en julio a una valuación de U$S 1.800 millones, la sueca Lovable atrae propuestas que la duplican por encima de U$S 4.000 millones. Con ingresos anuales recurrentes que superaron U$S 100 millones y más de 10 millones de proyectos creados en su plataforma, la compañía encarna el furor por las apps que “programan con texto”… y también las dudas sobre márgenes y riesgos.

La escena inversora europea en inteligencia artificial acaba de sumar un capítulo acelerado. Lovable, la start-up fundada en Estocolmo hace apenas dos años y promotora del llamado “vibe coding” —construir una app describiéndola en lenguaje natural—, está recibiendo ofertas de inversión que la valoran por encima de U$S 4.000 millones, apenas semanas después de haber levantado U$S 200 millones liderados por Accel a una valuación de U$S 1.800 millones. Antes, en febrero, había captado U$S 15 millones en una ronda liderada por Creandum.

Desde la compañía moderan las expectativas y niegan estar abriendo libros en este preciso momento. Un portavoz de Lovable fue tajante: “no estamos recaudando fondos ahora”. Aun así, fuentes del mercado señalan que el CEO Anton Osika evalúa opciones de financiación para los próximos meses ante el volumen de interés.

Métricas que aceleran la narrativa

El atractivo no es solo de hype. En julio, Lovable informó que su ingreso anual recurrente (ARR) superó U$S 100 millones, ocho meses después de haber cruzado el umbral de U$S 1 millón. Además, más de 10 millones de proyectos ya se construyeron sobre su plataforma. La empresa asegura que logró ese salto con un equipo “en modo franciscano”: 45 personas. En palabras de Osika, “Construir en Europa ha sido una ventaja competitiva” y “hemos logrado este crecimiento con apenas 45 personas, enfocándonos sin descanso en la calidad del producto, la velocidad y la experiencia de usuario antes que en la estructura”.

Su herramienta orquesta código generado por varios modelos de IA —OpenAI, Anthropic y Google— y lo adapta para crear aplicaciones listas para usar. Entre sus clientes corporativos figuran Klarna, HubSpot y Photoroom. En el cap table ya están, además de Accel y Creandum, fondos como 20VC, byFounders, Hummingbird y Visionaries Club; como ángeles, destacan Nik Storonsky (Revolut), Sebastian Siemiatkowski (Klarna) y Stewart Butterfield (Slack).

Un mercado en ebullición (y competencia feroz)

El apetito por el “vibe coding” no es exclusivo de Lovable. En Estados Unidos, Anysphere, creadora del asistente de código Cursor, triplicó su valuación hasta U$S 9.000 millones tras recaudar U$S 900 millones en mayo. En Europa, la francesa Mistral está en conversaciones para financiarse a U$S 10.000 millones. La lectura para los fondos es clara: el software on-demand promete que cualquiera “programe” con pocas frases, un vector deflacionario para costos de desarrollo y un catalizador de nuevos casos de uso.

La letra chica: márgenes, costos y seguridad

Detrás de las cifras, persisten interrogantes fundamentales. Lovable paga tarifas por uso a cada proveedor de modelo cada vez que un usuario genera o itera su app. Esa estructura de costos, en un mercado hipercompetitivo, plantea dudas sobre la sostenibilidad de márgenes a gran escala. Además, el auge de asistentes de programación ya está desplazando tareas de nivel inicial, lo que tensiona el mercado laboral y la estrategia de talento de las empresas.

También hay riesgos técnicos: las herramientas de IA pueden introducir vulnerabilidades o errores que un programador novato no detectaría antes del despliegue. La promesa de “apps en minutos” exige reforzar pruebas, auditorías de seguridad y gobernanza del ciclo de vida del software para evitar sorpresas.

¿Burbuja o cambio estructural?

La sucesión de rondas a múltiplos crecientes alimenta el debate. ¿Estamos ante una sobrevaloración por expectativas, o frente a un cambio de paradigma que comprimirá tiempos y costos de desarrollo como lo hicieron en su momento la nube o los micro-servicios? Por ahora, Lovable aporta señales mixtas: tracción comercial veloz, adopción corporativa de marca y una visión de producto centrada en simplicidad… pero con economías unitarias aún por demostrar cuando el volumen de uso escala y los modelos subyacentes ajustan precios.

Qué mirar de aquí en más

  1. Unidad económica. Evolución del costo por generación y del margen bruto conforme crezca el uso empresarial.
  2. Mix de modelos. Mayor “portabilidad” entre OpenAI, Anthropic y Google para optimizar costos y latencia.
  3. Seguridad y compliance. Políticas de revisión de código, ciclos de QA automatizados y certificaciones.
  4. Retención de clientes. Profundidad de casos de uso en Klarna, HubSpot y Photoroom y expansión por verticales.
  5. Gobernanza del crecimiento. Si Lovable mantiene el “equipo de 45” o acelera contrataciones sin perder foco.

Mientras tanto, la compañía mantiene un discurso prudente y conservador.

“No estamos recaudando fondos ahora”, repiten desde su oficina de prensa. Si las ofertas por encima de U$S 4.000 millones se terminan cristalizando en una nueva ronda, Lovable reforzará su papel como estandarte europeo del “vibe coding”. Si decide esperar, pondrá a prueba la tesis de que el product-market-fit y la eficiencia operativa pesan más que la espuma del mercado.

Más allá del entusiasmo del mercado e inversores, en cualquier caso, el código —y, claro, los costos— tendrán la última palabra.

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