Un trabajo del NBER liderado por el equipo de investigación económica de OpenAI y el economista David Deming analiza 1,5 millones de conversaciones y muestra que el uso de ChatGPT se ha ampliado, la brecha de género se cerró (37% → 52%) y la IA genera valor tanto en el trabajo (≈30% del uso) como en la vida cotidiana (≈70%).
OpenAI publicó —junto al National Bureau of Economic Research (NBER) y el economista de Harvard David Deming— el estudio más amplio hasta la fecha sobre cómo usan los consumidores ChatGPT.
Basado en un análisis respetuoso de la privacidad de 1,5 millones de conversaciones y contextualizado frente a los 700 millones de usuarios activos semanales de ChatGPT, el paper rastrea la evolución de la adopción desde el lanzamiento del producto hace tres años y ofrece conclusiones clave para empresas, responsables de talento y estrategas digitales.
La investigación destaca que la adopción se ha ampliado notablemente fuera de los primeros grupos de usuarios: la brecha de género se redujo de forma marcada, pasando de 37% de usuarios con nombres típicamente femeninos en enero de 2024 a más del 52% en julio de 2025, acercándose a la composición de la población adulta.
Además, la expansión es especialmente rápida en países de bajos y medianos ingresos: a mayo de 2025, las tasas de crecimiento en los países de menor ingreso fueron más de 4 veces las de los países de mayor ingreso.
¿Para qué usan ChatGPT las personas?
El estudio clasifica el uso en tres grandes categorías —Asking, Doing, Expressing— y cuantifica su peso:
- Asking (49%): consultas y asesoramiento; la categoría de mayor crecimiento y valoración, que muestra que muchos usuarios emplean ChatGPT como un consejero.
- Doing (40%): ejecución de tareas concretas (redacción, planificación, programación); aproximadamente un tercio de este uso es para trabajo.
- Expressing (11%): reflexión personal, exploración y juego.
Además, tres cuartas partes (≈75%) de las conversaciones se centran en actividades prácticas: orientación, búsqueda de información y redacción —siendo la escritura la tarea profesional más frecuente—, mientras que la programación y la autoexpresión permanecen como actividades más nicho.
Trabajo y vida personal: doble impacto económico
El documento subraya que el impacto económico es real y doble: alrededor de 30% del uso es relacionado con trabajo y 70% con actividades no laborales, pero ambas vías están generando valor —en productividad, en toma de decisiones y en beneficios personales que no siempre quedan capturados por medidas como el PIB. En particular, el estudio destaca que ChatGPT actúa como soporte de decisión, mejorando el juicio y la eficiencia en ocupaciones intensivas en conocimiento.
OpenAI sintetiza este enfoque con una afirmación contundente que el estudio respalda: “creemos que el acceso a la IA debería tratarse como un derecho básico —una tecnología que la gente puede utilizar para desbloquear su potencial y moldear su propio futuro”, dijo el equipo autor del trabajo.
Metodología y privacidad
Los autores enfatizan prácticas de privacidad: no se leyeron los mensajes de los usuarios; en su lugar, se emplearon herramientas automatizadas para categorizar patrones de uso sin revisión humana del contenido.
El estudio cubre únicamente planes de consumo (usuarios no empresariales), pero aun así ofrece una visión robusta de valor económico emergente.
Implicaciones para ejecutivos
- RR.HH. y L&D: la recomendación es invertir en habilidades para explotar IA productiva y en políticas que integren ChatGPT como asistente de trabajo.
- Estrategia de producto y marketing: dado el crecimiento en mercados de bajos y medianos ingresos, existen oportunidades de expansión y localización.
- Medición del valor: los KPIs tradicionales (p. ej. facturación por hora) pueden subestimar el valor creado; conviene desarrollar métricas que capturen productividad y bienestar no mercantilizado.
- Ética y gobernanza: si el acceso se considera un “derecho básico”, empresas y reguladores deberán coordinarse para asegurar acceso responsable, privacidad y equidad.
En síntesis, el estudio ofrece a los líderes una imagen clara: ChatGPT ya es más que una curiosidad para early adopters; se está integrando en rutinas productivas y personales, estrechando brechas demográficas y creando valor económico medible.