«Con paciencia» Nvidia sobrevive en el terreno pantanoso que proponen Washington y Pekín

La presión regulatoria de China y la política comercial de EE. UU. obligan a la compañía de Jensen Huang a maniobrar en terrenos indeseables: pedidos cancelados, chips bajo escrutinio y un incremento notable del competitivo lobby en Washington.

Nvidia se encuentra de nuevo en el ojo del huracán geopolítico: la Cyberspace Administration of China (CAC) ordenó a grandes tecnológicas —incluidas ByteDance y Alibaba— que detuvieran pruebas y cancelaran pedidos del chip RTX Pro 6000D, lo que obligó a la compañía a reajustar expectativas en un mercado clave.

En Londres, el CEO Jensen Huang admitió la complejidad del momento: “Solo podemos estar al servicio de un mercado si un país nos lo permite”, dijo, y añadió que “estoy decepcionado con lo que veo, pero tienen agendas más amplias que resolver entre China y Estados Unidos, y soy paciente al respecto”. La reacción del mercado fue inmediata: las acciones cayeron alrededor de 2,6% en la sesión, sobre una empresa con una valoración por encima de U$S 4,2 billones.

El trasfondo es una mezcla de seguridad nacional, competencia industrial y reproche político. En agosto se acordó una licencia excepcional para vender chips H20 a China a cambio de un recorte del 15% sobre esas ventas, una medida que subraya hasta qué punto la venta de chips de Nvidia se ha politizado.

La tensión también ha empujado a Nvidia a intensificar su presencia en los pasillos del poder: la empresa contrató tres firmas de lobby y sumó 21 lobistas, gastando casi U$S 1,9 millones en el primer semestre de 2025, frente a U$S 640.000 gastados en todo 2024. Para ejecutivos que gestionan cadenas de suministro y riesgo regulatorio esto es una señal clara de que la política puede entrar en el P&L con rapidez.

El impacto comercial es tangible

China representó el 13% de las ventas totales de Nvidia el año pasado, y varios clientes chinos que habían iniciado pruebas y planeado pedidos “a decenas de miles” frenaron sus compras tras la indicación regulatoria. Además, el mercado ha mostrado reservas respecto del RTX6000D, cuya demanda inicial ha sido tibia por considerarlo poco coste-efectivo para algunas grandes firmas.

Analistas y ejecutivos ven a Nvidia en una posición singular —dominante en el mercado de chips de IA, pero también vulnerable a decisiones de política exterior. Como dijo un gestor citado por Reuters, la empresa debe “code-switch” entre doctrinas de seguridad de Washington y demandas de soberanía tecnológica de Pekín, sin perder de vista a los accionistas. Para líderes corporativos, la lección es práctica: en la era de la IA, la estrategia de suministro exige tanta diplomacia como capacidad técnica.

Lo clave para los próximos meses

Seguimiento estrecho de la respuesta regulatoria china, evolución de las licencias H20/RTX y el efecto en la cadena de suministro —factores que pueden redefinir la competitividad en infraestructura para IA a escala global.

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