Tras alcanzar una valuación récord de US$ 500.000 millones, la compañía de Sam Altman desata una ola de euforia inversora que dispara las acciones de fabricantes de semiconductores en todo el mundo y lleva a los mercados tecnológicos a nuevos máximos históricos.
El furor por la inteligencia artificial volvió a sacudir los mercados globales. Los principales fabricantes de chips sumaron en conjunto más de US$200.000 millones en valor de mercado en una sola jornada, impulsados por el optimismo que rodea a OpenAI y a la carrera por dominar la infraestructura que sostiene la nueva era de la computación inteligente.
La tendencia alcista fue liderada por los índices de semiconductores de Filadelfia (SOX) y de Asia, que escalaron a máximos históricos, según cálculos de Bloomberg. Entre los grandes ganadores se destacaron las acciones de SK Hynix, que subieron 10%, y Samsung Electronics, con un avance del 3,5%, impulsando al Kospi de Corea del Sur a un nuevo récord histórico.
“El impulso tecnológico no muestra señales de desacelerarse —como si la gravedad no existiera—, con cada titular sobre IA despertando euforia”, explicó Hebe Chen, analista de Vantage Markets en Melbourne. “Se habla de burbuja, pero es el FOMO el que domina la escena. El impulso podría sostenerse hasta los resultados del cuarto trimestre, cuando podría llegar el golpe de realidad.”
OpenAI y el efecto dominó
El entusiasmo se disparó tras conocerse la valuación récord de US$500.000 millones alcanzada por OpenAI en una venta de acciones para empleados y, además, por su acuerdo marco no vinculante con fabricantes de chips surcoreanos. El propio Sam Altman prepara ahora un viaje a Taipei, donde se reunirá con Taiwan Semiconductor Manufacturing Co. (TSMC) y Hon Hai Precision Industry Co. (Foxconn), dos de los socios más estratégicos en la construcción de la infraestructura que alimenta a la inteligencia artificial.
La posibilidad de que Intel incorpore a Advanced Micro Devices (AMD) como cliente también levantó las expectativas del mercado, reflejando una nueva fase de colaboración —inusual hasta ahora— dentro de la competencia feroz por el liderazgo del hardware.
Valuaciones en niveles históricos
Las valoraciones han subido a niveles sin precedentes. El gauge asiático de chips de Bloomberg cotiza en torno a 19 veces las ganancias futuras, mientras que el SOX Index alcanza 27 veces, acercándose a los picos de 2024. Este comportamiento refuerza el temor de algunos analistas que advierten sobre un posible “desfase” entre la rápida expansión de los centros de datos y la adopción masiva de servicios de IA.
Aun así, los inversores parecen más preocupados por no quedarse afuera que por una eventual corrección. “Las acciones tecnológicas siguen desafiando la gravedad”, recordó Peter Kim, director general de KB Securities, en una entrevista con Bloomberg TV. “No veo grandes obstáculos para la tecnología asiática, al menos hasta el próximo año.”
China entra al juego
El rally también contagió a las grandes tecnológicas chinas, donde el entusiasmo inversor se fortaleció tras los anuncios del gobierno de mayor apoyo al sector de IA. Alibaba reveló planes para aumentar significativamente su gasto en inteligencia artificial, y Huawei presentó por primera vez una hoja de ruta de tres años para desafiar el dominio de Nvidia. Estas noticias impulsaron al Hang Seng Tech Index, que acumula un alza cercana al 50% en lo que va del año.
Un contexto de euforia controlada
Aunque algunos inversores recuerdan la volatilidad de abril, cuando una corrección golpeó con fuerza a las tecnológicas, la dinámica actual parece diferente. La combinación de crecimiento de la infraestructura, inversiones récord en modelos de IA y alianzas multinacionales mantiene vivo el optimismo.
El auge del sector de semiconductores refleja una verdad más amplia: en la era de la inteligencia artificial, las empresas que fabrican los chips que lo hacen posible se han convertido en el nuevo epicentro del poder tecnológico global. Y por ahora, la fiebre no muestra señales de enfriarse.
