La start-up de Elon Musk ficha investigadores de Nvidia, anuncia sueldos de hasta US$ 440.000 y se propone lanzar “un gran juego generado por IA” antes de fin de 2026. Los «world models» prometen entornos 3D interactivos y aplicaciones robóticas, pero requieren datos y cómputo masivos.
xAI, la compañía de Elon Musk, se sumó públicamente a la carrera por construir world models, una clase de modelos de IA que aprende a entender y simular entornos físicos a partir de video y datos robóticos.
La firma ha reclutado talento procedente de Nvidia —entre ellos Zeeshan Patel y Ethan He— y busca ampliar un equipo que trabajará en generación de imagen, video y en modelos capaces de diseñar y navegar espacios en tres dimensiones.
La apuesta de xAI se enmarca en una tendencia impulsada por gigantes como Meta y Google, y por plataformas de simulación como Omniverse de Nvidia. Esos world models no se limitan al texto: incorporan una comprensión causal —cómo interactúan los objetos, cómo se respeta la física en distintos escenarios— y pueden, según sus promotores, abrir casos de uso que van desde videojuegos generados dinámicamente hasta robots que operen en entornos reales.
Elon Musk reforzó la expectativa con un objetivo explícito en X donde afirmó que “xAI lanzaría un ‘gran juego generado por IA’ antes de fin del año que viene».
A nivel de plantilla y compensación, xAI muestra intensidad: puestos técnicos ofrecen salarios que van de US$ 180.000 a US$ 440.000, y la firma incluso busca un “video games tutor” para entrenar a Grok en diseño de videojuegos, con tarifas entre US$ 45 y US$ 100 por hora. Es una señal clara de la competencia por talento y de la prioridad que la compañía da a este frente.
El potencial económico estimado por algunos actores es enorme. Nvidia dijo al Financial Times que el mercado para world models podría ser “casi del tamaño de la economía global actual”, una afirmación que subraya el interés estratégico y la magnitud de la apuesta en la industria. Sin embargo, el desafío técnico es mayúsculo: encontrar y etiquetar suficientes datos que simulen el mundo real y costear el entrenamiento de estos modelos sigue siendo caro y complejo.
No faltan críticas desde la industria creativa. Michael Douse, de Larian Studios, advirtió en X que la gran asignatura pendiente del gaming no es meramente técnica sino de liderazgo y visión: «La industria no necesita más bucles de juego producidos matemáticamente… sino más expresiones de mundos con los que la gente realmente quiera interactuar».
Para ejecutivos de empresas de videojuegos, entretenimiento y robótica, la llegada de xAI a este terreno implica tres decisiones estratégicas: evaluar alianzas con labs de IA, fijar criterios de gobernanza de datos y propiedad intelectual, y considerar inversiones en infraestructuras de simulación y talento. Si los world models cumplen su promesa, transformarán no solo cómo se generan juegos, sino cómo se diseñan productos físicos y se entrena hardware inteligente.
En definitiva, xAI está jugando una partida costosa y audaz: reclutar expertos de Nvidia, prometer un gran juego generado por IA y pagar salarios importantes. Si triunfa, podría empujar la frontera de la IA desde el lenguaje hacia la comprensión activa del mundo; si falla, el límite será el coste y la ventaja creativa que aún reside en los equipos humanos.
Para los líderes empresariales, la recomendación es vigilar de cerca —y preparar pilotos— antes de apostar fuerte por una nueva arquitectura de producto que podría reconfigurar industrias enteras.