La startup fundada por ex investigadores de Google DeepMind alcanzó una valuación de U$S 8.000 millones en solo siete meses. Su objetivo: crear modelos de frontera abiertos, competir con Anthropic y OpenAI, y posicionarse como el equivalente occidental a los laboratorios chinos de IA.
La revolución de la inteligencia artificial generativa tiene un nuevo protagonista. Reflection AI, una empresa fundada en marzo de 2024 por Misha Laskin y Ioannis Antonoglou (en la imagen principal), ambos ex investigadores de Google DeepMind, acaba de recaudar U$S 2.000 millones en una ronda de inversión que eleva su valuación a U$S 8.000 millones.
La cifra representa un crecimiento de 15 veces respecto a su valuación de marzo pasado, cuando alcanzaba los U$S 545 millones, según informó Bloomberg.
El ambicioso objetivo de Reflection AI es desafiar a laboratorios cerrados como OpenAI y Anthropic, y convertirse en la gran apuesta estadounidense frente a gigantes chinos como DeepSeek. “Si no hacemos algo al respecto, el estándar global de inteligencia será construido por otros —y no por Estados Unidos”, advirtió Laskin, actual CEO de la compañía.
Un modelo “abierto”, pero comercialmente sostenible
La empresa, conformada por un equipo de 60 ingenieros e investigadores especializados en entrenamiento de datos, algoritmos e infraestructura, planea usar los fondos para crear un modelo de lenguaje de frontera entrenado con “decenas de billones de tokens”, cuya presentación está prevista para 2026.
Laskin explicó que Reflection AI logró “construir algo que se creía posible solo en los laboratorios más sofisticados del mundo: una plataforma de aprendizaje profundo y modelos de mezcla de expertos a escala de frontera”. Estos modelos, conocidos como Mixture-of-Experts (MoE), son la base de los sistemas más avanzados de IA, y hasta ahora solo habían sido entrenados por empresas con vastos recursos como OpenAI y DeepMind.
Reflection AI planea liberar públicamente los pesos del modelo, los parámetros centrales que determinan cómo una IA procesa la información, aunque mantendrá en reserva los conjuntos de datos y los algoritmos de entrenamiento. Según Laskin, ese equilibrio permitirá abrir el acceso a la comunidad de desarrolladores sin comprometer la sostenibilidad de la empresa: “En realidad, lo más importante son los pesos del modelo, porque cualquiera puede usarlos y empezar a experimentar. La infraestructura completa solo un puñado de compañías puede aprovecharla.”
El modelo de negocio de Reflection AI se centrará en dos segmentos: grandes empresas que construyan productos sobre sus modelos y gobiernos que busquen desarrollar sistemas de IA soberana, es decir, modelos nacionales controlados localmente. “Cuando eres una gran corporación, quieres un modelo abierto que puedas operar en tu propia infraestructura, controlar sus costos y personalizarlo. Eso es exactamente el mercado al que apuntamos”, explicó Laskin.
Inversores de peso y respaldo institucional
La nueva ronda de financiación contó con la participación de nombres clave del ecosistema tecnológico y financiero global. Entre los inversores se encuentran Nvidia, Sequoia, Lightspeed Venture Partners, B Capital, DST Global, GIC, Citi, CRV, 1789, Disruptive, el ex CEO de Google Eric Schmidt y el fundador de Zoom Eric Yuan.
El entusiasmo también provino de altos referentes del sector público y de la comunidad open source. David Sacks, zar de IA y criptomonedas de la Casa Blanca, celebró el anuncio en su cuenta de X (ex Twitter): “Es fantástico ver más modelos de IA de código abierto estadounidenses. Un segmento importante del mercado global valora el costo, la personalización y el control que ofrece el open source. Queremos que EE.UU. gane también en esta categoría.”
Por su parte, Clem Delangue, cofundador y CEO de Hugging Face, calificó la ronda como “una gran noticia para la inteligencia artificial abierta estadounidense”, aunque subrayó que el desafío será “mantener una alta velocidad de liberación de modelos y conjuntos de datos”, en referencia al dinamismo de los laboratorios asiáticos.
Un mensaje estratégico para Washington y Silicon Valley
La propuesta de Reflection AI también tiene una lectura geopolítica. Laskin planteó que muchas empresas y gobiernos occidentales evitan usar modelos chinos por temor a sanciones o a problemas legales, lo que deja a Occidente “en desventaja competitiva”. Su apuesta: crear una alternativa robusta, transparente y controlada desde Estados Unidos y sus aliados.
Con su nueva inyección de capital y un equipo de élite proveniente de OpenAI y DeepMind, Reflection AI busca consolidarse como el laboratorio independiente que combine innovación abierta con independencia estratégica. En palabras de su CEO, “o aceptamos vivir en desventaja o nos levantamos para liderar la nueva generación de inteligencia artificial.”