Sora superó técnicamente a ChatGPT en su primera semana en iOS y alcanzó 1 millón de descargas en menos de cinco días. La app, por ahora invite-only y solo en iOS, ya llegó al puesto No.1 del App Store en EE.UU.
OpenAI consiguió una arrancada fulminante con Sora, su app de generación de video impulsada por el modelo Sora 2. Datos de Appfigures muestran que Sora registró 627.000 descargas en iOS durante sus primeros siete días, frente a las 606.000 que logró ChatGPT en su primera semana en la misma plataforma. Pocos minutos después, Bill Peebles, responsable de Sora en OpenAI, confirmó que la app superó la marca de 1 millón de descargas en menos de cinco días. En sus palabras:
«Sora alcanzó un millón de descargas en menos de cinco días. Fue más rápido que ChatGPT, a pesar de estar en modo por invitación». — Bill Peebles.
El dato es notable por varios motivos. Primero, Sora está todavía en modo invite-only y sólo en iOS; segundo, su lanzamiento cubrió EE.UU. y Canadá, y Appfigures estima que 45.000 de las descargas provinieron de Canadá, de modo que el rendimiento en EE.UU. fue aproximadamente 96% del debut de ChatGPT si se hiciera la comparación únicamente por iOS en Estados Unidos. En su primer día Sora acumuló 56.000 instalaciones y llegó al puesto No. 3 del Top Overall de la App Store de EE.UU.; el 3 de octubre ya había subido al No. 1.
La curva diaria de adopción también refleja la fuerza del lanzamiento: Appfigures registró un pico de 107.800 descargas el 1 de octubre de 2025, con variaciones diarias que se movieron entre un mínimo de 84.400 (6 de octubre) y 98.500 (4 de octubre) durante la primera semana. En términos comparativos, la entrada de Sora adelantó a lanzamientos recientes de IA como Claude (Anthropic) y Microsoft Copilot, y alcanzó cifras similares al debut de Grok (xAI).
Este crecimiento explosivo tiene, sin embargo, un reverso: la capacidad de Sora 2 para generar videos hiperrealistas está alimentando una ola de deepfakes —incluyendo recreaciones de personas fallecidas— que ya provocó reacciones públicas y éticas. Zelda Williams, hija del actor Robin Williams, pidió expresamente que dejaran de enviarle videos generados con IA del actor:
«Por favor, simplemente dejen de enviarme videos de IA de Papá… no es lo que él querría». — Zelda Williams.
Para empresas y ejecutivos, el caso Sora ofrece varias lecciones prácticas. La primera es de producto: la demanda por experiencias audiovisuales generativas puede ser extraordinariamente alta, incluso en fases cerradas, lo que obliga a tener planes de escalado técnico y de negocio listos desde el día 0. La segunda es de gobernanza: la capacidad de producir deepfakes realistas exige controles sobre derechos de imagen, moderación y mitigación de riesgos reputacionales. Y la tercera, de monetización y posicionamiento: alcanzar 1 millón de descargas en cinco días abre oportunidades para modelos de suscripción, features premium o acuerdos de licencias, pero también trae la necesidad de políticas claras sobre uso y abuso.
En síntesis, Sora confirma que el mercado consumidor responde con rapidez a propuestas que combinan creatividad y facilidad de uso. Ahora la pregunta para OpenAI es doble: cómo convertir esa demanda inicial en ingresos sostenibles y cómo gestionar las tensiones éticas que surgen cuando la tecnología puede replicar rostros y voces con un realismo inquietante. Para los líderes de producto y los equipos legales, la recomendación es inmediata: preparar playbooks de escalado, políticas de derechos y protocolos de moderación antes de que el crecimiento deje de ser una ventaja y se convierta en un riesgo.