OpenAI ya no tiene que guardar todos los chatlogs de ChatGPT (pero quedan excepciones)

Un juez federal puso fin a la orden que obligaba a OpenAI a conservar indefinidamente todos los registros de ChatGPT. Quedan excepciones: los logs ya preservados siguen accesibles y la prensa puede solicitar conservar cuentas concretas.

Una nueva orden del tribunal firmada el 9 de octubre por la jueza Ona T. Wang terminó con la exigencia masiva de preservación de datos que pesaba sobre OpenAI en el marco de la demanda por derechos de autor presentada por The New York Times a fines de 2023. La medida significa que OpenAI ya no debe “preservar y segregar todos los datos de salida de logs que de otro modo serían eliminados”, con efectos a partir del 26 de septiembre, según el texto judicial.

El origen del conflicto es conocido: el NYT acusó a OpenAI de haber usado su material protegido para entrenar modelos sin compensación y, en mayo de 2025, un juez ordenó la retención exhaustiva de chatlogs para facilitar la investigación. OpenAI apeló esa decisión argumentando que la orden constituía un “overreach” y que implicaba riesgos reales para la privacidad de sus usuarios. La nueva resolución acoge en parte esa objeción, al terminar la obligación de conservar datos de forma indiscriminada.

No obstante, el alivio para OpenAI no es absoluto. La jueza determinó que los registros ya preservados bajo la orden previa permanecerán accesibles al NYT y que la compañía debe seguir reteniendo datos asociados a cualquier cuenta que el periódico marque como relevante. Además, el fallo autoriza al NYT a ampliar el número de cuentas “marcadas” mientras continúa revisando los registros existentes. En la práctica, esto deja habilitado un mecanismo selectivo y potencialmente expansible de preservación —más dirigido que la obligación previa, pero aún operativo.

Las consecuencias son prácticas y estratégicas. Para OpenAI supone menos carga operativa y una reducción en la retención masiva de datos que tenía implicaciones de privacidad y costos. Para el NYT y otros demandantes, el fallo mantiene herramientas para investigar supuestas violaciones específicas, al tiempo que limita el alcance de la supervisión indiscriminada. Para la industria en general marca un precedente sobre cómo los tribunales equilibran la necesidad de descubrimiento en casos de copyright con la protección de datos de usuarios y las operaciones comerciales de empresas de IA.

Desde la óptica de cumplimiento corporativo, el mensaje es claro: incluso si se levanta una obligación general de retención, las plataformas deben estar preparadas para obligaciones selectivas y expandibles de preservación que pueden surgir en investigaciones. Equipos legales y de privacidad deberán mantener procesos ágiles para identificar, preservar y producir datos de cuentas concretas cuando una orden judicial o un demandante lo requiera.

En síntesis: la decisión reduce la obligación de retener datos en masa para OpenAI, pero no elimina la capacidad del NYT de investigar casos concretos ni su potestad para pedir que se conserven datos de cuentas adicionales mientras el litigio siga abierto. El fallo ilustra cómo el sistema judicial intenta modular el equilibrio entre el acceso a pruebas y la protección de la privacidad en la era de la inteligencia artificial.

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