La compañía apuesta por convertirse en referente global en chatbots de IA y lanza su mayor actualización de Copilot, impulsada por contenido médico de Harvard Health, mientras redefine su relación estratégica con OpenAI.
Microsoft ha dado un paso estratégico para afianzar su liderazgo en inteligencia artificial, alejándose de la dependencia tecnológica de OpenAI, la creadora de ChatGPT. El gigante fundado por Bill Gates apuesta fuerte por Copilot, su asistente virtual, y elige el sector salud como el campo de batalla que puede diferenciarlo en la carrera global por la IA de consumo.
La novedad contundente es la alianza con la Escuela de Medicina de Harvard. Este mes, Microsoft lanzará una importante actualización de Copilot, que pasará a nutrirse del conocimiento médico validado de Harvard Health Publishing para responder consultas sobre temas de salud.
Microsoft remunerará a Harvard con una tarifa de licencia por acceder a estos materiales. Dominic King, vicepresidente de salud de Microsoft AI, remarcó: «Asegurarnos de que las personas tengan acceso a información de salud creíble y confiable, adaptada a su idioma y nivel de alfabetización, es esencial. Parte de eso es asegurarnos de que obtenemos ese material de las fuentes correctas».
Con el foco en ofrecer respuestas que se asemejen a la experiencia de consultar a un profesional, Microsoft busca diferenciarse de otras soluciones de IA. “La intención es ayudar a los usuarios a tomar decisiones informadas sobre el manejo de condiciones complejas como la diabetes”, explica King. La precisión es clave: un estudio de Stanford de 2024 evidenció que, ante 382 preguntas médicas, ChatGPT brindó una respuesta “inapropiada” el 20% de las veces.
Más allá de la información médica, Microsoft tiene en desarrollo herramientas adicionales para Copilot, como la posibilidad de ayudar a los usuarios a encontrar proveedores de salud cercanos según sus necesidades e información de cobertura. Mustafa Suleyman, CEO de Microsoft AI, ha priorizado este sector, incrementando el equipo interno e incorporando nuevos talentos provenientes de DeepMind (Google).
Aunque el reciente acuerdo entre Microsoft y OpenAI renovó la alianza, internamente existe presión para lograr una mayor independencia. Microsoft comenzó a entrenar sus propios modelos de IA con la meta de reducir la carga sobre los desarrollos de OpenAI, y ya utiliza modelos alternativos —como Anthropic— en otros productos de la suite 365. Sin embargo, la compañía aclara que OpenAI “seguirá siendo nuestro socio en modelos de frontera”, y su prioridad es “utilizar los mejores modelos disponibles”.
El impacto de la IA en el consumidor es notable: mientras la app Copilot suma 95 millones de descargas, ChatGPT supera el billón, según datos de Sensor Tower. Copilot opera tanto en la nube como dentro del ecosistema empresarial de Microsoft, anclado en la robusta infraestructura de Azure, que genera ingresos significativos procesando cargas de IA para múltiples socios.
Satya Nadella, CEO de Microsoft, ha dejado en claro el compromiso estratégico, reasignando parte de sus funciones ejecutivas para centrarse exclusivamente en “las mayores apuestas de IA” de la compañía. Bajo el acuerdo tentativo con OpenAI, Microsoft podría acceder a un 30% de la nueva entidad comercial que OpenAI proyecta, aunque el acuerdo aún no está cerrado de manera definitiva.
En síntesis, la convergencia de salud e inteligencia artificial se está convirtiendo en el próximo campo de competencia global para gigantes tecnológicos. Con esta jugada, Microsoft fortalece su independencia y busca convertir a Copilot en la referencia obligada para millones de usuarios que exigen eficiencia, seguridad y conocimiento experto en un mundo gobernado por datos y algoritmos.

