El gigante del comercio electrónico acelera su integración con OpenAI, Perplexity y Microsoft para liderar la nueva era del “agentic commerce”.
Shopify atraviesa un punto de inflexión tecnológico. En su llamada de resultados del tercer trimestre, la compañía con sede en Ottawa reveló que el tráfico generado por herramientas de inteligencia artificial hacia sus tiendas online creció siete veces desde enero, y las compras atribuidas a búsquedas impulsadas por IA aumentaron once veces.
Harley Finkelstein, presidente de Shopify, no escatimó en determinación al calificar la inteligencia artificial como “la mayor revolución tecnológica desde Internet”. En sus palabras, el poder de la empresa radica en “la combinación entre el acceso a los datos de millones de comerciantes y miles de millones de transacciones, y una mentalidad de fundador obsesionada con la velocidad”.
Esa filosofía se traduce en productos internos como Scout, un sistema que utiliza IA para analizar cientos de millones de comentarios y reseñas de comerciantes y convertir esa información en decisiones de producto más precisas. “Y Scout es solo una de las muchas herramientas que estamos desarrollando para transformar nuestras propias señales —ya sean tickets de soporte, datos de uso, reseñas, interacciones sociales o incluso prompts de Sidekick— en decisiones rápidas e informadas”, sostuvo Finkelstein. “Si hay una sola cosa que recordar de esta llamada, que sea esto: la IA no es una función secundaria en Shopify. Es el motor que impulsa todo lo que construimos”.
A partir de septiembre, Shopify consolidó un acuerdo estratégico con OpenAI —creadora de ChatGPT— para desarrollar agentes conversacionales de compra, y amplió su red de colaboración con Perplexity y Microsoft Copilot
. Este ecosistema busca permitir experiencias de compras dentro de chats o interfaces de IA. Según una encuesta de la propia compañía, el 64% de los consumidores declaró estar “propenso” a usar inteligencia artificial de alguna forma durante sus compras.
“Llevamos tiempo invirtiendo en esta infraestructura para que comprar sea algo natural dentro de cualquier conversación con IA”, explicó Finkelstein. “El hecho de que trabajemos con los líderes del sector demuestra que queremos asegurar que los comerciantes en Shopify estén mejor preparados que los demás. Todavía es muy temprano, pero estamos tendiendo las vías para el comercio con agentes inteligentes”.
Shopify llama a esta nueva tendencia agentic commerce, un modelo en el que los sistemas automatizados no solo asisten a los usuarios, sino que toman decisiones activas de compra en función de preferencias, historial o contexto de conversación. Para Finkelstein, el desafío está en adaptarse a las múltiples formas en que ese paradigma podría evolucionar. “Tenemos que estar listos para cualquier camino que tome esta transformación”, añadió.
Mientras impulsa esta visión de largo plazo, la empresa reportó resultados financieros sólidos. Los ingresos del tercer trimestre alcanzaron U$S 2.840 millones, un aumento del 32% interanual, y la ganancia neta llegó a U$S 264 millones, equivalentes a 0,20 por acción. Sin embargo, la acción cayó tras conocerse que el ingreso operativo de U$S 434 millones quedó ligeramente por debajo de las previsiones —U$S 437 millones—.
Más allá del resultado puntual, la narrativa es clara: Shopify ya no se define solo como un proveedor de software para tiendas online. Se posiciona como el laboratorio donde se está escribiendo el futuro del comercio digital impulsado por inteligencia artificial.