Un artista generado por inteligencia artificial alcanza el primer puesto en la lista Country Digital Song Sales de Billboard. La industria musical entra en una nueva etapa: ¿es innovación, fraude o una amenaza para artistas humanos?
La canción “Walk My Walk” de Breaking Rust —un proyecto artístico generado por inteligencia artificial— llegó al puesto número uno en la lista Country Digital Song Sales de Billboard, según los reportes publicados. Es la primera vez que un tema creado por IA alcanza la cima en una clasificación de ese calibre, y la novedad reaviva el debate sobre el impacto de la generación automática de contenidos en los sectores creativos.
Breaking Rust es, por diseño, una entidad construida mediante técnicas generativas. Su biografía en Linktree dice: “Music for the fighters and the dreamers.” El perfil del artista en Instagram supera los 35.000 seguidores y presenta la imagen de un hombre con sombrero vaquero en escenas melancólicas; en Spotify, Breaking Rust figura como artista verificado y registra más de 2.000.000 de oyentes mensuales. Varias de sus canciones acumulan millones de reproducciones: “Livin’ on Borrowed Time” supera los 4 millones de streams, “Walk My Walk” ronda los 3 millones y “Whiskey don’t talk back” supera el 1 millón. Breaking Rust comenzó a subir música a Spotify en 2025.
La respuesta técnica y crítica subraya la dualidad del fenómeno. Jason Palamara, profesor asistente de tecnología musical en la Universidad de Indiana, dijo por correo electrónico que, “a pesar de los ritmos de ‘stomp, clap, hey’ y de un sonido acústico, esta canción está fuertemente cargada de técnicas de producción muy tecnológicas”. Palamara añadió: “Después de escuchar ‘Walk My Walk’ una vez, quedó bastante obvio que era producto de IA”. También explicó que se trata de un avance en la creación de una “caracterización” vocal reproducible: “Esto es un avance para la IA agentiva: la creación de un ‘personaje’ vocal consistente que puede reutilizarse una y otra vez para múltiples canciones.”
No obstante, Palamara criticó la calidad lírica y la textura del audio: “Las letras son vagas y carentes de significado. El audio en cada pista suena muy comprimido y todavía tiene ese extraño brillo digital, especialmente evidente en las voces. Una vez que lo notas, no puedes dejar de notarlo.” Para él, el suceso sugiere que “incluso la música country es susceptible de ser falsificada sin sinceridad” y cuestiona si parte del público moderno prioriza la producción llamativa sobre las historias reales de artistas humanos.
La academia y la industria comparten la preocupación sobre el efecto en las carreras humanas. Josh Antonuccio, director de la School of Media Arts and Studies de Ohio University, afirmó que “el contenido generado por IA está creando más ruido e integrando pistas que competirán con la producción de artistas actuales en sus respectivos nichos”. Antonuccio añadió: “Lo que seguirá distinguiendo a los artistas humanos serán la música remarcable, una perspectiva convincente y una historia que atraiga fans.”
El fenómeno ya tiene consecuencias prácticas: plataformas de streaming como Deezer estiman que un porcentaje significativo del volumen subido a sus servicios es material generado por IA, y otros casos parecidos —como el ascenso de artistas asistidos por IA que ya marcaron presencia en listas— confirman que la tecnología facilita la creación y distribución a escala. En redes, periodistas y usuarios remarcan la magnitud del hecho: Joe Weisenthal publicó en X que “la canción country número 1 en América es generada por IA. El artista ‘Breaking Rust’ tiene 2 millones de oyentes mensuales en Spotify.”
¿Qué sigue? Es probable que broten más artistas artificiales en las listas, con reacciones y regulaciones por venir. Algunos músicos de alto perfil ya lideran iniciativas para acotar el uso de IA en ciertas áreas creativas; otros actores apuestan por coexistir con herramientas que amplifican producción y alcance. La pregunta real que queda para la industria y el público es, como resume Antonuccio: “¿A los fans les importará cómo se hizo?”

