Las startups europeas atraen inversiones récord y crecen a velocidad inédita en la competencia por el “cerebro” de las aplicaciones inteligentes. El fenómeno reconfigura la influencia regional y augura nuevas potencias tecnológicas desde el Viejo Continente e Israel.
A diferencia del rezago en grandes modelos de inteligencia artificial, Europa y un ecosistema creciente en Israel están dando vida a una ola de startups que se posicionan como líderes emergentes en la capa de aplicaciones. Empresas como Lovable y Synthesia —esta última especializada en video generado por IA para empresas— captan la atención de inversores de global y se suman a una tendencia que pulveriza los ritmos de crecimiento tradicionales.
Según Accel, las startups de la región levantaron este año 66 centavos por cada dólar invertido en sus contrapartes estadounidenses; una proporción impensable hace una década. “Cuando arrancamos el informe hace 10 años, Europa era una décima parte de EE.UU.”, explicó Philippe Botteri, socio de Accel.
El informe subraya que la nueva generación de compañías IA-nativas logra superar los U$S 100 millones en ingresos recurrentes anuales en apenas unos años, un hito que antes demoraba décadas. «Crecen más rápido que cualquier cosa que hayamos visto en el pasado y lo hacen con una eficiencia extraordinaria: el ingreso por empleado es el mayor de la historia del software», remarcó Botteri. Esta velocidad, que ahora se observa a ambos lados del Atlántico, compite con el histórico músculo norteamericano.
Parte del éxito europeo reside en fundadores y fondos que combinan talento técnico de clase mundial con una profunda comprensión de los mercados verticales, desde legal y salud, hasta fabricación y marketing. “En cada industria surgen fundadores que mezclan altísima capacidad técnica con experticia sectorial”, comentó Jonathan Userovici, socio general de Headline en París.
Mientras tanto, el crecimiento de gigantes del software en la nube sigue firme, impulsado ahora por la integración de funciones agentes y capacidades IA en productos tradicionales. El Public Cloud Index de Accel sube 25% año contra año, y los líderes de la nube —aunque no sean IA-nativos— siguen innovando para no quedar rezagados ante la ola de startups. Doctolib, parte del portafolio de Accel, es un ejemplo de integración profunda que difumina la frontera entre software tradicional y nativo de IA.
Para Botteri, si bien Europa aún tiene desafíos en lo que se refiere a modelos fundamentales de IA del calibre de Mistral AI, hay espacio para que liderazgos locales surjan en modelos más pequeños. Sin embargo, advierte que por ahora “no es un entorno particularmente fértil” para este segmento. En cambio, el interés del inversor está puesto en aplicaciones y datos: “La mayoría del mercado hoy persigue modelos, cómputo y aplicaciones, pero creemos que los datos propietarios todavía están subestimados”, aseguró Lotan Levkowitz, socio director de Grove Ventures en Israel.
El fenómeno europeo demuestra que la carrera de la inteligencia artificial tiene más de una vía hacia el éxito. Mientras Silicon Valley mantiene la hegemonía en los cimientos tecnológicos, el Viejo Continente y sus aliados israelíes escriben un nuevo capítulo en la era del software inteligente, donde el valor real será conquistar la experiencia y la interfaz, más allá del motor que las impulsa.

