La alianza pone fin a la demanda por derechos y prepara una plataforma que permitirá crear covers, remixes y canciones con voces autorizadas de artistas. Warner garantiza pago y control para autores; Udio mantiene su servicio cerrado mientras migra a aplicaciones totalmente licenciadas.
Warner Music Group (WMG) y Udio anunciaron un acuerdo que cierra la litigiosa disputa por copyright entre ambas compañías y fija un marco claro para el lanzamiento del servicio de creación musical con IA de Udio, previsto para 2026. El pacto abarca tanto la división de música grabada de WMG como su brazo editorial, Warner Chappell Music, y promete generar nuevas fuentes de ingreso para artistas y compositores al tiempo que asegura “autorización y licenciamiento” del material utilizado por los modelos generativos.
Para Andrew Sanchez, cofundador y CEO de Udio, la colaboración representa “un hito significativo” en la misión de la compañía. En sus palabras: “Colaborar con WMG marca un paso crucial para redefinir cómo la IA y la industria musical evolucionan juntas”. Sanchez añadió que la plataforma permitirá experiencias en las que “los fans pueden crear junto a sus artistas favoritos y hacer música extraordinaria en un entorno que ofrece control y conexión”.
Por su parte, Robert Kyncl, CEO de Warner Music Group, enfatizó la prioridad de la compañía: “Estamos firmemente comprometidos con la protección de los derechos de nuestros artistas y compositores, y Udio ha tomado medidas significativas para asegurar que la música en su servicio será autorizada y con licencia”. Kyncl señaló que la alianza se alinea con los esfuerzos de WMG por “desbloquear de forma responsable el potencial de la IA” y generar nuevas posibilidades creativas y comerciales.
El acuerdo redefine el rumbo de Udio. Su oferta reimaginada de suscripción incluirá una suite de experiencias creativas que posibilitarán realizar remixes, covers y nuevas canciones usando “las voces de artistas y las composiciones de autores que decidan participar”, siempre bajo la condición de que “los artistas y compositores sean acreditados y remunerados”. Como medida de transición, Udio mantendrá su sistema cerrado actual mientras migra hacia aplicaciones totalmente licenciadas de cara a 2026.
Warner, que opera en más de 70 países y cuya editorial Warner Chappell administra un catálogo de más de un millón de derechos de autor, aporta al acuerdo músculo de catálogo y acuerdos editoriales que son clave para legitimar un servicio de IA musical. La compañía agrupa sellos reconocidos y una red global de licencias que facilitará modelos de compensación y control para los creadores.
El movimiento llega en un momento de alta tensión entre la industria musical y proveedores de tecnologías generativas: varios artistas y sellos reclamaron en los últimos años mayores salvaguardas y compensaciones cuando modelos de IA usaban obras sin permiso. En ese contexto, el acuerdo entre WMG y Udio se presenta como un ejemplo de solución negociada que busca equilibrar innovación tecnológica y derechos de autor.
Udio, respaldada por inversores y figuras del ecosistema tecnológico y musical —entre ellos a16z, Redpoint, Hanwha y artistas como will.i.am—, apuesta a convertir a los superfans en co-creadores, y a abrir nuevas vías de monetización para los titulares de derechos. La empresa también anunció que implementará “protecciones ampliadas” y otras medidas diseñadas para salvaguardar los intereses de artistas y compositores antes del lanzamiento.
El pacto podría abrir la puerta a modelos donde los creadores decidan explícitamente participar y fijar condiciones —por ejemplo, qué voces o composiciones quedan disponibles, y bajo qué esquemas de reparto—. Para WMG, que además opera divisiones como ADA y WMX, este tipo de acuerdos son una forma de integrar innovación sin renunciar a controles editoriales y comerciales.
Quedan por definirse detalles relevantes: cómo se articularán exactamente las licencias entre grabaciones y composiciones, qué porcentaje de ingresos se destinará a derechos y qué mecanismos de control y detección se usarán para garantizar que el uso de voces y canciones sea siempre autorizado. También será clave observar qué artistas aceptan participar y under qué términos comerciales y creativos.
En síntesis: el acuerdo entre Warner Music Group y Udio proyecta una respuesta institucional a la disrupción que plantea la IA en la música. Si la colaboración logra equilibrar protección de derechos, reconocimiento y nuevas oportunidades creativas, podría convertirse en un modelo replicable para la industria. Si no, la tensión entre innovación y derechos seguirá marcando el rumbo del negocio musical ante la expansión de herramientas generativas.

