La Casa Blanca presentó una orden ejecutiva que crea la “Genesis Mission”, una iniciativa que busca coordinar ciencia, supercomputación y empresas norteamericanas para acelerar descubrimientos impulsados por IA. El proyecto será liderado por el Departamento de Energía y aspira a replicar, en escala tecnológica, el impacto del Manhattan Project.
La estrategia del gobierno de Donald Trump incluye el desarrollo de una plataforma unificada de datos, modelos fundacionales y agentes autónomos, con el objetivo de asegurar la supremacía tecnológica, fortalecer la seguridad nacional y multiplicar la productividad científica del país.
La administración de Donald J. Trump lanzó oficialmente la Genesis Mission, una apuesta sin precedentes para convertir a Estados Unidos en el actor dominante de la inteligencia artificial aplicada a la ciencia. A través de una orden ejecutiva firmada el 24 de noviembre de 2025, la Casa Blanca definió este programa como un esfuerzo “comparable en urgencia y ambición al Proyecto Manhattan”, en palabras del propio Presidente, para enfrentar los desafíos estratégicos del siglo XXI.
La iniciativa estará centralizada en el Departamento de Energía (DOE), que deberá integrar sus supercomputadoras, laboratorios nacionales, infraestructura de datos y alianzas científicas en una plataforma unificada denominada American Science and Security Platform. Esta plataforma reunirá modelos fundacionales, entornos de cómputo seguro, datos federales y herramientas experimentales automatizadas para acelerar la investigación en áreas críticas.
“El objetivo es desencadenar una nueva era de innovación y descubrimiento acelerada por IA”, establece el documento presidencial, que enfatiza el rol de universidades, empresas tecnológicas, laboratorios nacionales, industrias estratégicas y agencias federales. La misión también apunta a “fortalecer la seguridad nacional, asegurar la dominancia energética y multiplicar el retorno de la inversión en I+D”.
Un ecosistema de alto impacto científico
La orden ejecutiva detalla que la plataforma integrada deberá proporcionar:
- Acceso a supercomputación del DOE y nubes seguras de IA capaces de entrenar modelos a gran escala.
- Agentes autónomos para explorar diseños, evaluar experimentos y automatizar flujos de trabajo.
- Modelos predictivos y simuladores científicos alimentados por datasets federales.
- Modelos fundacionales especializados por dominio en sectores como biotecnología, materiales críticos, energía nuclear, microelectrónica y manufactura avanzada.
- Acceso seguro a datos federales, privados y sintéticos, incluyendo estándares de clasificación y ciberseguridad del sector gubernamental.
- Laboratorios robóticos y líneas de producción autónomas para experimentación dirigida por IA.
El DOE tendrá 90 días para mapear los recursos disponibles —desde supercomputadoras on-premises hasta infraestructura computacional aportada por la industria— y 120 días para identificar los primeros datasets y modelos que formarán parte del ecosistema. Además, en un plazo de 270 días deberá demostrar una capacidad operativa inicial aplicada a uno de los desafíos científicos nacionales.
20 desafíos estratégicos para definir la nueva agenda tecnológica
Dentro de los próximos 60 días, el DOE también deberá presentar una lista inicial de al menos 20 desafíos científicos y tecnológicos considerados de “importancia nacional”. Esos desafíos deberán estar alineados con sectores prioritarios como:
- manufactura avanzada
- biotecnología
- materiales críticos
- energía de fisión y fusión
- ciencia cuántica
- semiconductores y microelectrónica
Luego, la oficina del Assistant to the President for Science and Technology (APST) —responsable de la coordinación general del programa— ampliará esa lista junto con otras agencias federales.
A partir de allí, todas las agencias participantes deberán utilizar la plataforma para avanzar en investigación y desarrollo sobre los desafíos seleccionados, siempre bajo estándares estrictos de seguridad, interoperabilidad y manejo de datos.
Participación del sector privado e internacionalización
La Casa Blanca ordenó además crear mecanismos para facilitar la colaboración entre el Gobierno y empresas con capacidades avanzadas en IA, semiconductores, ciencias de datos o infraestructura computacional. Esto incluye acuerdos de investigación conjunta, políticas claras de propiedad intelectual, reglas de acceso seguro y procesos de autorización de usuarios.
El APST también podrá identificar oportunidades de cooperación científica internacional que fortalezcan la misión, siempre dentro del marco de seguridad nacional y protección de activos estratégicos.
Informes anuales y seguimiento presidencial
El DOE deberá presentar cada año un informe al Presidente que detalle:
- el estado operativo de la plataforma
- la integración entre laboratorios y agencias
- el avance científico concreto (publicaciones, prototipos, experimentos)
- los resultados de alianzas público-privadas
- necesidades adicionales para cumplir los objetivos de la misión
El documento también aclara que la orden será implementada “sujeta a la disponibilidad de fondos” y no crea derechos legales exigibles para terceros.
Con la Genesis Mission, Washington envía una señal contundente en la carrera global por la inteligencia artificial: la visión de un sistema científico potenciado por modelos fundacionales, agentes autónomos y supercomputación federada que actúe como motor de innovación, competitividad y poder geopolítico. En un contexto de competencia acelerada con China y otras potencias tecnológicas, la ambición del proyecto promete reconfigurar el futuro de la ciencia y la industria en Estados Unidos.

