Rufus se convirtió en una de las estrellas silenciosas del último Black Friday al impulsar con fuerza las conversiones dentro del marketplace. Los datos de firmas como Sensor Tower y Adobe Analytics muestran que, aunque los consumidores compraron con más cautela, la IA ganó un rol central en cómo se buscaron ofertas y se tomaron decisiones de compra.
Durante el Black Friday en Estados Unidos, las sesiones de Amazon que incluyeron a Rufus y terminaron en una compra se duplicaron frente al promedio de los 30 días previos, es decir, crecieron 100%, mientras que las sesiones que concluyeron en compra pero sin usar el chatbot solo aumentaron 20%.
Al mirar el dato día a día, las sesiones con Rufus que acabaron en compra subieron 75%, contra un alza de apenas 35% en las sesiones sin la intervención de la IA. En paralelo, la propia Amazon destacó que, en esa jornada, las sesiones que involucraron al chatbot superaron al total de sesiones del sitio, una señal clara de adopción acelerada.
El tráfico general también acompañó el boom de Rufus: durante el Viernes Negro, las sesiones totales del sitio web de Amazon crecieron 20% respecto del día anterior, mientras que las sesiones que usaron el chat con IA avanzaron 35%.
Lanzado en beta a comienzos de 2024 y desplegado luego a todos los clientes de Estados Unidos ese mismo año, Rufus se posicionó como un asistente que ayuda a encontrar productos, obtener recomendaciones y compararlos dentro del ecosistema Amazon, funcionando como una capa de inteligencia sobre el catálogo.
El fenómeno no se limita a una sola empresa. De acuerdo con Adobe Analytics, que analiza más de un billón de visitas a sitios minoristas en EE. UU., el tráfico “impulsado por IA” hacia estos comercios online se disparó 805% interanual durante el Black Friday.
Esa explosión indica que los consumidores recurrieron masivamente a chatbots de IA generativa para descubrir ofertas e investigar productos, sobre todo en categorías clásicas de la fecha: electrónica, videojuegos, electrodomésticos, juguetes, cuidado personal y artículos para bebés y niños pequeños. Adobe también detectó que los compradores que llegaban a un sitio minorista desde un servicio de IA tenían un 38% más de probabilidades de concretar una compra frente a quienes llegaban desde otras fuentes de tráfico.
Sin embargo, los récords de facturación online no se explican solo por la tecnología. El gasto del Black Friday alcanzó U$S 11.800 millones, pero los datos de Salesforce citados en los informes señalan que los precios subieron en promedio 7% mientras que el volumen de pedidos cayó 1%. Es decir, se vendieron ligeramente menos unidades, pero a un precio más alto, lo que sugiere un consumidor más cuidadoso, golpeado por la situación económica, que exprime más cada clic y cada recomendación.
Sensor Tower también observó esa combinación de alta demanda puntual y enfriamiento relativo respecto de años anteriores. Las descargas de las apps móviles de Amazon y Walmart aumentaron 24% y 20%, respectivamente, durante el Black Friday frente a los 30 días previos. Pero en 2024 esos crecimientos habían sido mucho más agresivos: 50% en el caso de Amazon y 75% en Walmart. Algo similar se vio en el tráfico web: las visitas a los sitios de ambas cadenas subieron 90% y 100% este año frente al promedio mensual, pero en 2024 los saltos habían sido de 95% y 130%.
En ese contexto, la IA aparece como un acelerador de decisión más que como un generador puro de nueva demanda. Un sondeo de Adobe mostró que el 48% de los encuestados ya usó o planea usar herramientas de inteligencia artificial específicamente para las compras navideñas, lo que consolida a soluciones como Rufus en el centro de la experiencia de consumo.
Para Amazon, el mensaje es claro: cuanto más inteligente, contextual y conversacional sea la interfaz, mayores son las chances de que una sesión termine en “comprar ahora”, incluso en un año donde los usuarios ajustan el bolsillo.

