Redobla su apuesta por la IA con la creación de su primer equipo formal de fusiones y adquisiciones, mientras busca recuperar terreno frente a rivales como SK Hynix y Micron en la carrera por los chips de memoria avanzados para IA.
La estrategia llega en un momento crítico: el grupo surcoreano acumula reservas de efectivo por unos Won108,5 billones (aprox. U$S 73.7 mil millones) y acaba de firmar con OpenAI un acuerdo ligado al megaproyecto de centros de datos Stargate, valorado en U$S 500.000 millones.
Un nuevo equipo de compras para la era IA
Casi una década después de la compra de Harman International por U$S 8.000 millones en 2016, el presidente Lee Jae-yong vuelve a mirar al mercado de M&A para asegurar una ventaja tecnológica en la era de la inteligencia artificial. En noviembre, Samsung creó su primer equipo oficial de fusiones y adquisiciones, liderado por el presidente y veterano negociador Ahn Joong-hyun, con el mandato explícito de responder a las “rápidas tendencias tecnológicas globales” en áreas como IA, tecnología médica y robótica.
Los accionistas vienen presionando para que el conglomerado deje de acumular liquidez y utilice sus Won108,5 billones —equivalentes a unos U$S 73,7 mil millones al tipo de cambio de inicios de diciembre— para acelerar su crecimiento en inteligencia artificial, diseño de chips y software. “Samsung se enfrenta al último tiempo dorado para restaurar su ventaja tecnológica invirtiendo en nuevas áreas de crecimiento con las ganancias de este superciclo de semiconductores; no hay mejor salida de su impasse tecnológico que M&As efectivos”, advirtió Park Ju-geun, jefe del grupo de investigación corporativa Leaders Index.
De Harman a FläktGroup: compras que no terminan de convencer
La adquisición de Harman sigue siendo la mayor operación de la historia de Samsung: al principio rindió por debajo de lo esperado, pero hoy la filial genera más beneficios operativos que las divisiones de televisores y electrodomésticos, con un resultado de Won1,3 billones (aprox. U$S 0,89 mil millones) el año pasado. Desde entonces, el grupo no ha cerrado transacciones de esa envergadura, aunque en los últimos 12 meses incluyó seis compras más pequeñas, entre ellas la alemana FläktGroup —empresa de refrigeración de centros de datos— por unos €1.500 millones (cerca de U$S 1,61 mil millones al cambio reciente).
La lista se completa con la estadounidense Xealth (salud digital), la francesa Sonio SAS (medtech), la desarrolladora de IA Oxford Semantic Technologies en EE.UU. y la surcoreana Rainbow Robotics, pero estos acuerdos han dejado fríos a muchos inversores que esperaban movimientos verdaderamente transformadores. Albert Yong, socio gerente del hedge fund Petra Capital Management, valoró la creación del equipo de M&A como una señal de operaciones “más agresivas”, pero advirtió: “Sigo dudando de que sean buenos integrando sus objetivos de adquisición. Las compras ‘bolt-on’ más que los grandes acuerdos parecen más deseables para reforzar su ventaja tecnológica evitando riesgos”.
IA, HBM y la presión para ampliar capacidad
Durante años, Samsung fue percibida como rezagada en chips de memoria de alta velocidad (HBM), clave para entrenar grandes modelos de IA, frente a SK Hynix y Micron. El ánimo cambió cuando el grupo comenzó en septiembre los envíos de sus HBM más avanzados a Nvidia y sus beneficios trimestrales saltaron más del 30% gracias a la suba de precios de los chips, contribuyendo a que la acción duplicara su valor este año hasta Won100.800, cerca de máximos históricos.
La gran pregunta ahora es si ese impulso es sostenible. Samsung y SK Hynix firmaron el mes pasado un acuerdo con OpenAI para suministrar semiconductores al proyecto Stargate, un plan de infraestructura de centros de datos de IA valorado en U$S 500.000 millones que prevé hasta 20 centros de datos de hiperescala hacia 2029. Analistas estiman que solo para doblar su capacidad de producción de HBM, las dos compañías deberán invertir al menos Won40 billones, es decir unos U$S 27.2 mil millones adicionales.
¿M&A o más fábricas? El debate entre analistas
El año pasado, Samsung destinó Won53,6 billones (cerca de U$S 36,3 mil millones) a capex, de los cuales Won46,3 billones (unos U$S 31,7 mil millones) fueron a semiconductores, y en octubre adelantó que evaluó un “aumento sustancial” de la inversión en memoria para el próximo ejercicio. Para algunos inversores, el mensaje es claro: antes de grandes adquisiciones, la prioridad debería ser ampliar la capacidad en su negocio principal de chips para aprovechar al máximo el boom de la IA.
«Creo que las M&As no son particularmente necesarias para Samsung en este momento. No hay muchos objetivos atractivos ahí fuera», sostuvo James Lim, analista del fondo de cobertura estadounidense Dalton Investments. «Se necesita más dinero para expansión de capacidad si quiere mantener una posición fuerte en medio del boom de la IA. Los inversores no verán con buenos ojos un gran acuerdo solo para ampliar áreas de negocio; ahora es el momento de reforzar las líneas core con mayores inversiones en plantas».
Lee Jae-yong, libre de causas y en clave ofensiva
La ofensiva corporativa llega tras un giro clave en el frente judicial: este año, el Tribunal Supremo absolvió al presidente Lee de los cargos de fraude contable y manipulación de acciones que pesaban sobre él, despejando un riesgo que había mantenido a Samsung en modo defensivo durante años. En las últimas semanas, el heredero de tercera generación de la familia fundadora se mostró activo en la escena global, con reuniones de alto perfil junto a líderes tecnológicos como Jensen Huang (Nvidia) y Sam Altman (OpenAI) para explorar nuevas formas de cooperación en chips e infraestructura de IA.
“Incluso con la mejora reciente, la preocupación de los inversores persiste sobre la ventaja competitiva de Samsung en HBM u otros chips de próxima generación”, advirtió Jongmin Shim, estratega de acciones de Corea en CLSA, quien a la vez remarcó que el mercado espera un liderazgo más ofensivo ahora que los problemas legales de Lee quedaron atrás. El desafío para Samsung será equilibrar el uso de su gigantesco “cofre de guerra” entre adquisiciones selectivas y agresivas de capacidad, sin perder de vista que en smartphones sigue librando una batalla encarnizada contra Apple y los fabricantes chinos por el dominio global.

