Meta acelera un giro estratégico: tras años de pérdidas gigantescas en Reality Labs, la compañía evalúa recortar hasta un 30% el presupuesto del metaverso y reorientar inversión hacia gafas inteligentes y proyectos de IA. El movimiento, que podría incluir despidos y ahorros por U$S 4.000–6.000 millones en 2026, fue celebrado por los mercados, pero plantea dudas sobre el futuro de productos como Horizon Worlds.
Meta está replanteando su mayor apuesta tecnológica. Ejecutivos de la compañía han discutido recortes de hasta el 30% en el presupuesto de Reality Labs —la unidad que agrupa Quest, Horizon Worlds y los proyectos de realidad aumentada/virtual— como parte de la planificación presupuestaria para 2026. Las conversaciones ocurrieron tras reuniones estratégicas en el complejo de Mark Zuckerberg en Hawái, según fuentes citadas por Bloomberg.
El ajuste responde, sobre todo, a la factura que ha dejado el experimento del metaverso: Reality Labs acumula pérdidas de más de U$S 60.000 millones desde 2020, una sangría que ha tensionado a inversores y directivos. Frente a ese panorama, la idea es recortar gasto operativo —incluidos pagos a estudios externos que desarrollan juegos y experiencias para Horizon— y reasignar parte de la inversión hacia iniciativas con retorno más rápido, como gafas inteligentes con capacidades de IA y otros wearables. “Dentro de nuestra cartera de Reality Labs estamos desplazando parte de la inversión del Metaverso hacia gafas de IA y wearables dada la inercia allí”, dijo un portavoz de Meta en declaraciones recogidas por la prensa.
Desde el punto de vista financiero, analistas calculan un efecto material. TD Cowen y otros bancos estimaron que una reducción del 30% podría traducirse en un ahorro aproximado de U$S 4.000–6.000 millones para Reality Labs en 2026; BNP Paribas sugirió que esos recortes podrían impulsar sus estimaciones de ganancias para 2027 en los dígitos altos. El mercado reaccionó de inmediato: las acciones de Meta llegaron a subir cerca de 4%, lo que sumó alrededor de U$S 69.000 millones a su capitalización bursátil, llevó la valoración a aproximadamente U$S 1,68 billones y alivió temporalmente la presión de los inversores.
Los recortes no son el único cambio operativo: en los últimos meses Meta reorganizó liderazgo en su unidad de metaverso (con nombramientos como Gabriel Aul y Ryan Cairns para co-liderar esfuerzos) y contrató a Alan Dye, exlíder de diseño en Apple, para dirigir un nuevo estudio creativo de Reality Labs. Al mismo tiempo, Vishal Shah, uno de los históricos de la iniciativa, fue reasignado a Meta Superintelligence Labs. Estas movidas muestran que la compañía busca mantener capacidades esenciales mientras reduce el coste de actividades menos prometedoras.
El dilema estratégico es claro: ¿convertir en negocio inmediato una inversión nacida como apuesta a largo plazo —el metaverso— o perseverar en la visión original pese a los costos? Para Meta, la respuesta parece inclinarse por una mezcla: recortar lo que no rinde y concentrarse en productos con tracción (como las Ray-Ban Meta AI glasses, que Zuckerberg dijo que “se triplicaron en ventas” en el último año) mientras mantiene desarrollo sobre capacidades clave de hardware y experiencias interactivas. Pero si los recortes se traducen en despidos y menor innovación en Horizon Worlds, el coste reputacional y de comunidad podría frenar cualquier retorno futuro.
En definitiva, Meta transita ahora una fase de ajuste: los recortes de Reality Labs alivian la cuenta de resultados y satisfacen a Wall Street a corto plazo, pero obligan a la compañía a redefinir qué partes del “metaverso” merecen seguir siendo proyectos estratégicos —y cuáles deben dar paso a la prioridad más inmediata: la carrera por la IA y su monetización.

