La escasez de chips de memoria pone en jaque a la industria de IA y electrónica global

La crisis de suministro de memoria amenaza con retrasar proyectos de inteligencia artificial y presionar al alza los precios de dispositivos clave como smartphones y PCs. Gigantes tecnológicos como Microsoft, Google y OpenAI compiten por recursos limitados mientras fabricantes de chip como SK Hynix y Samsung alertan que la falta persistirá hasta 2027.

La fuerte demanda mundial de memoria para alimentar la explosión de proyectos de inteligencia artificial (IA) y dispositivos electrónicos ha derivado en una crisis de suministro que ya afecta a toda la cadena tecnológica. Desde centros de datos de IA hasta fabricantes de celulares y tiendas minoristas, la escasez de chips de memoria —incluidos los módulos DRAM y los chips de alta capacidad como HBM (High Bandwidth Memory)— está incrementando los costos y podría retrasar inversiones por cientos de miles de millones de dólares.

Según ejecutivos y distribuidores consultados por Reuters, empresas como Microsoft, Google y ByteDance están compitiendo agresivamente por asegurar inventario de memoria, recurriendo a suministros de fabricantes líderes como Micron, Samsung Electronics y SK Hynix. Esto se produce en un contexto donde algunos tipos de chips han visto duplicar sus precios desde febrero, de acuerdo con la firma de investigación TrendForce.

Un problema global con consecuencias económicas

“La escasez de memoria ha pasado de ser una preocupación de componentes a un riesgo macroeconómico”, dijo Sanchit Vir Gogia, CEO de Greyhound Research. Gogia destaca que el auge de la IA colisiona con una cadena de suministro incapaz de satisfacer la demanda “física” necesaria para sostener los proyectos en marcha.

La falta de inventario es evidente: los niveles de stock de memoria DRAM entre los proveedores cayeron en octubre a dos a cuatro semanas, frente a tres a ocho semanas en julio y 13 a 17 semanas a finales de 2024, según TrendForce. Este descenso se da mientras la demanda de IA y dispositivos móviles continúa al alza.

Escasez hasta 2027 y presión sobre la industria

SK Hynix ha estimado que la escasez persistirá hasta finales de 2027, según datos compartidos con analistas por Citi. El presidente de la compañía matriz SK Group, Chey Tae-won, advirtió que están recibiendo más solicitudes de memoria de las que pueden atender, y que no suministrar componentes “podría dejar a empresas sin poder hacer negocios”.

En octubre, OpenAI firmó acuerdos iniciales con Samsung y SK Hynix para abastecer de chips a su proyecto Stargate, que podría requerir hasta 900.000 obleas al mes para 2029 —casi el doble de la producción global actual de HBM, dijo Chey.

Mientras tanto, Samsung confirmó que todas sus ventas de memoria HBM para 2026 ya están comprometidas y que está expandiendo la capacidad de producción. SK Hynix también reportó que está ampliando su capacidad para enfrentar la demanda creciente. Sin embargo, la construcción de nuevas instalaciones de producción —tradicionalmente un ciclo de al menos dos años— introduce incertidumbre sobre cuándo se aliviará la presión.

Reconfiguración de prioridades y alza de precios

La escasez surgió en parte por el enfoque de los fabricantes de semiconductores hacia productos de mayor margen para IA, desplazando la producción de memoria tradicional utilizada en PCs, servidores y dispositivos móviles. Micron, por ejemplo, había anunciado que dejaría de enviar chips DDR4 y LPDDR4 —ampliamente usados en teléfonos— en los próximos meses, aunque luego ajustó sus planes.

En respuesta al desbalance entre oferta y demanda, algunos fabricantes han aumentado precios. Samsung elevó precios de memoria para servidores hasta 60%, según reportes anteriores de Reuters, en un esfuerzo por equilibrar la oferta.

Empresas tecnológicas de primera línea, incluyendo Google, Amazon, Meta y Nvidia, también están en conversaciones con fabricantes de chips. En octubre, estos gigantes pidieron a Micron órdenes sin límite, comprometiéndose a recibir todo lo que la empresa pueda producir, sin importar el precio.

Efectos en consumidores y el mercado electrónico

La escasez no solo impacta la industria de IA. Fabricantes de smartphones como Xiaomi y Realme advirtieron que podrían aumentar precios de sus dispositivos entre 20% y 30% hacia mediados de 2026 debido al aumento de costos de memoria. En laptops, ASUS reportó tener aproximadamente cuatro meses de inventario de memoria y adelantó que ajustaría precios según sea necesario.

Incluso en tiendas minoristas japonesas, como las del distrito tecnológico de Akihabara en Tokio, se han impuesto límites de compra de memorias, unidades de estado sólido y discos duros para frenar la escasez y el acaparamiento. Algunos kits de memoria de 32 GB DDR5 se vendían por encima de 47.000 yenes, más del doble de su precio de mediados de octubre.

Mercados alternativos y especulación

La crisis ha impulsado mercados secundarios. Vendedores de memoria usada han registrado incrementos en ventas mensuales. Paul Coronado, de la empresa Caramon, dijo que sus ventas pasaron de alrededor de U$S 500.000 mensuales a entre U$S 800.000 y U$S 900.000, con gran parte de la demanda proveniente de intermediarios que reexportan estos chips a China.

Distribuidores en China como Polaris Mobility reportan que los precios cambian tan rápido que las cotizaciones ahora expiran diariamente o incluso por hora, una dinámica que antes se daba mensualmente.

¿Burbuja o ciclo de ajuste?

Analistas consultados advierten que el fuerte gasto en infraestructura de IA podría estar alimentando una burbuja en el mercado de semiconductores, donde solo las empresas con mayor músculo financiero serán capaces de soportar los costos. La cuestión ahora es si la industria podrá expandir la oferta lo suficientemente rápido para sostener la demanda sin detener proyectos estratégicos —desde centros de datos hasta productos de consumo masivo.

La crisis de memoria ha expuesto un punto crítico en la cadena tecnológica global: el avance de la inteligencia artificial y la digitalización depende no solo de modelos y algoritmos, sino también de componentes físicos cuya producción y logística pueden marcar la diferencia entre innovar o quedar rezagados. En ese contexto, la competencia por asegurar suministro continuará definiendo estrategias y alianzas entre gigantes tecnológicos y fabricantes de semiconductores en los próximos años.

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