La compañía, respaldada por SoftBank, se lanza al diseño y fabricación de procesadores, desafiando su modelo tradicional y atrayendo a gigantes como Meta.
Arm, la empresa con sede en Cambridge, está a punto de dar un giro radical en su modelo de negocio. Tras décadas de licenciar sus diseños a gigantes como Apple y Nvidia, el grupo, ahora propiedad de SoftBank, se prepara para lanzar su primer chip fabricado internamente este año.
Según fuentes cercanas a la firma, el CEO Rene Haas desvelará el nuevo procesador tan pronto como este verano, marcando una evolución que podría reconfigurar el equilibrio de poder en la industria de semiconductores, valorada en U$S 700 mil millones.
La decisión de Arm de pasar de diseñar los “bloques de construcción” básicos a producir su propio chip implica competir directamente con algunos de sus clientes más grandes.
Esta estrategia representa un cambio fundamental en la industria, donde se espera que la nueva CPU para servidores en grandes centros de datos se convierta en una plataforma personalizable para clientes como Meta. La producción del chip se subcontratará a fabricantes líderes, como Taiwan Semiconductor Manufacturing Co.
El movimiento también forma parte de los ambiciosos planes de SoftBank, cuyo fundador Masayoshi Son ha colocado a Arm en el centro de su iniciativa “Stargate”. Esta iniciativa, lanzada el mes pasado, contempla gastar hasta U$S 500 mil millones en construir infraestructura de IA en colaboración con OpenAI y Oracle, con fondos adicionales del fondo estatal de Abu Dhabi, MGX.
“El lanzamiento de nuestro chip es solo un primer paso en nuestros planes para avanzar en la producción de chips de IA”, comentó un directivo de SoftBank, resaltando la importancia estratégica de Arm en este ecosistema.
Desde su salida a bolsa en 2023, Arm ha visto duplicarse su valor, alcanzando U$S 160 mil millones, impulsado por el creciente interés de inversores en la inteligencia artificial. Además, las alianzas estratégicas con empresas como Nvidia y Amazon han sido clave para su rápido crecimiento, especialmente en el ámbito de los centros de datos que alimentan a asistentes de IA de empresas como OpenAI, Meta y Anthropic. Durante la llamada de resultados del mes pasado, la jefa de finanzas de Meta, Susan Li, afirmó:
“Vamos a extender nuestros esfuerzos de silicio personalizado para cargas de trabajo de entrenamiento de IA, afinando nuestros chips para nuestras necesidades específicas de computación.”
Esta estrategia de personalización de hardware ha permitido a Meta desplazar a competidores tradicionales como Intel y AMD en el suministro de chips para sus servidores, posicionando a Arm como un aliado tecnológico indispensable.
Paralelamente, se rumorea que un chip desarrollado por Arm podría formar parte de los planes secretos de Sir Jony Ive para un nuevo dispositivo personal impulsado por IA, en colaboración con LoveFrom, OpenAI y SoftBank. Esto subraya la capacidad de Arm para innovar y diversificar sus aplicaciones, ya que sus diseños han sido integrados en más de 300 mil millones de chips, incluyendo casi todos los smartphones del mundo, gracias a sus diseños eficientes en consumo de energía.
En definitiva, el inminente lanzamiento del primer chip propio de Arm representa un hito trascendental en la industria de semiconductores. Con una inversión y estrategias respaldadas por SoftBank y el apoyo de socios tecnológicos de primer nivel, Arm no solo desafía su modelo tradicional de licenciamiento, sino que también se posiciona como un competidor directo en el mercado de chips para servidores y dispositivos de IA.
Este movimiento, junto con la visión de líderes como Masayoshi Son y Rene Haas, augura una transformación en el sector, que podría desencadenar una nueva era de innovación y competitividad global.