Meta , Alphabet , Microsoft y Amazon están atravesando la mayor ola de inversiones en inteligencia artificial de la historia, con más de U$S 400.000 millones previstos para 2026. La cifra sigue siendo insuficiente para satisfacer la explosiva demanda de capacidad, innovación y liderazgo global que plantea la carrera hacia la inteligencia artificial general (AGI).
Este año, las cuatro compañías informaron a sus inversores que aumentarán drásticamente el gasto dedicado a infraestructura y desarrollo de IA. Google, por ejemplo, proyecta elevar su inversión anual en capital fijo hasta un rango de U$S 91.000 a U$S 93.000 millones, superando los U$S 85.000 millones del año anterior.
Anat Ashkenazi, CFO de Alphabet, sentenció: “Ya estamos generando miles de millones de dólares sólo con IA en el trimestre. Pero además, evaluamos rigurosamente cada inversión a largo plazo”.
El apetito por mayor poder de cómputo es transversal: Microsoft duplicará en dos años la superficie de sus data centers, mientras que Amazon acelera la puesta en línea de nueva capacidad para su nube, asegurando que “estamos monetizando lo que agregamos tan rápido como lo construimos”, explicitó Andy Jassy, CEO del gigante del comercio electrónico.
En Meta, la presión por alcanzar la inteligencia artificial general implica riesgos y tensiones internas. Mark Zuckerberg fue contundente con los inversores: “Es la estrategia correcta anticiparnos hoy construyendo capacidad; en el peor escenario, sólo desaceleraríamos el ritmo de nuevas inversiones».
Meta, que duplicó su inversión de capital a U$S 72.000 millones este año, ya anticipó que ese monto será “notablemente mayor” en 2026. Sin embargo, el mercado respondió con volatilidad: tras sus anuncios, las acciones de Meta cayeron 7% en operaciones fuera de hora; las de Microsoft retrocedieron casi 3%, mientras Alphabet subió 2,5% y Amazon subió 10%.
El debate de fondo: ¿estamos en una burbuja?
La fiebre por invertir en IA viene acompañada de una pregunta cada vez más frecuente entre analistas e inversores: “¿Estamos en una burbuja?”. Algunos ejecutivos afirman que el mayor riesgo es invertir poco y ceder el liderazgo a competidores.
“El temor a quedarse afuera impulsa el gasto: quien llegue primero a la AGI tendrá una ventaja competitiva increíble”, opinó Youssef Squali, de Truist Securities. Pero otros señalan que la base de usuarios pagos sigue siendo reducida y que el retorno real podría demorar años.
Incluso Apple , que históricamente fue más prudente, confirmó que también aumentará sus apuestas en IA, aunque sus cifras palidecen en comparación al resto de los gigantes de Silicon Valley.
La carrera por la IA es ahora también una carrera a contrarreloj por el acceso y despliegue de infraestructura digital crítica. Las compañías coinciden: solo quienes se anticipen e inviertan a escala podrán liderar la próxima gran revolución tecnológica global.

                                                        
                                                        
                                                        
                                                        
                                                        
                                                        
                                                        
                                                        
                                                        
                                                        
                                                        