Una empresa pionera logra obtener la titularidad legal de una imagen creada íntegramente por inteligencia artificial, marcando un hito en la protección del arte digital.
En un giro sin precedentes en la intersección entre tecnología y propiedad intelectual, una startup ha conseguido registrar los derechos de autor de una imagen generada enteramente por inteligencia artificial.
La imagen de la mujer tiene tres ojos, cabello parecido al de un espagueti y una rebanada de queso amarillo derretido goteando por su cabeza. Su cuerpo es un mosaico, con fragmentos de vidrio de colores primarios similares a los que se pueden ver en las antiguas ventanas de una iglesia.
La imagen se llama «A Single Piece of American Cheese» (algo así como «Una Rebanada de Queso Americano») y fue ideada por Kent Keirsey, director ejecutivo de Invoke, una plataforma de creación de IA. Si bien a primera vista parece una imagen de IA más, es importante por otra razón. La imagen se creó completamente con IA generativa, e Invoke acaba de obtener los derechos de autor para ella. Si eso le sorprende, no es el único.
Según informó CNET, en Agosto de 2024 la empresa presentó una solicitud ante la Oficina de Derechos de Autor de Estados Unidos y (primero fue rechazada), tras un análisis detallado de la obra, obtuvo el reconocimiento legal que muchos consideraban inalcanzable en el ámbito del arte digital creado por algoritmos.
La imagen en cuestión fue producida utilizando un modelo de generación de imágenes basado en IA, sin intervención humana directa en la creación del contenido visual, más allá de la formulación de un «prompt» inicial. Sin embargo, la startup argumentó con éxito que dicha indicación, junto con la selección de parámetros específicos, constituyó suficiente contribución creativa humana para que la obra fuese considerada original. Un portavoz de la compañía explicó:
«Nuestro enfoque fue demostrar que, aunque la inteligencia artificial ejecutó el proceso de generación, la intención creativa y la supervisión humana fueron determinantes para el resultado final.»
Este caso es pionero, ya que hasta ahora las autoridades de derechos de autor han sido reacias a otorgar protección legal a obras creadas exclusivamente por algoritmos, argumentando la falta de originalidad en ausencia de intervención humana significativa.
La resolución de la oficina, sin embargo, señala un cambio de paradigma en la manera en que se entiende la creatividad en la era digital. La startup, cuya identidad se mantiene en reserva, destacó que este fallo abre la puerta a que otros creadores puedan proteger legalmente sus obras generadas por IA, siempre que demuestren un aporte creativo que vaya más allá del simple funcionamiento del algoritmo.
La importancia del fallo radica en que establece un precedente crucial para la industria creativa digital. Con el auge de la inteligencia artificial en la producción de contenidos, tanto en publicidad, diseño gráfico y entretenimiento, la necesidad de un marco legal claro se vuelve imprescindible para garantizar que los derechos de autor sean respetados.
Según expertos en propiedad intelectual, «la decisión de la Oficina de Derechos de Autor refuerza la idea de que la intervención humana, aunque mínima, puede marcar la diferencia entre una obra generada por IA sin protección y una obra con originalidad suficiente para ser protegida».
El fallo también plantea interrogantes sobre el futuro de la regulación en el campo de la inteligencia artificial. Por un lado, brinda seguridad a aquellos que invierten en tecnologías disruptivas y generan contenido digital a gran escala; por otro, genera debates sobre los límites de la creatividad automatizada.
Los analistas prevén que este precedente incentivará a más empresas y artistas digitales a explorar nuevas fronteras en la generación de arte con IA, al tiempo que obligará a las legislaturas a actualizar las normativas de derechos de autor en un mundo cada vez más digital.
En definitiva, la obtención de derechos de autor para una imagen creada enteramente por inteligencia artificial representa un hito en el campo del arte digital y la tecnología.
Con declaraciones como «nuestro enfoque fue demostrar que la intención creativa humana es suficiente para conferir originalidad» y con cifras y argumentos sólidos respaldando su postura, la startup no solo rompe barreras legales, sino que también sienta las bases para una nueva era en la protección de la creatividad en la era digital.