El llamado «padrino de la IA», Geoffrey Hinton, advierte sobre una inminente disrupción laboral provocada por la IA. Plantea que muchas profesiones están en riesgo y que ya estamos viendo los primeros efectos de una transformación que impactará la economía global y el bienestar humano.
Geoffrey Hinton, una de las figuras más influyentes en el desarrollo de redes neuronales y conocido como el “padrino de la inteligencia artificial”, lanzó una advertencia clara: la inteligencia artificial está comenzando a desplazar empleos de manera masiva, y lo peor está por venir.
En una entrevista publicada el 16 de junio en el pódcast Diary of a CEO, Hinton sostuvo que el mayor riesgo inmediato de la IA no es la pérdida de control o la amenaza existencial, sino el desempleo masivo. “Para los trabajos intelectuales mundanos, la IA va a reemplazar a todos”, afirmó, señalando como ejemplo a los asistentes legales y a los operadores de call centers, dos roles que ya están siendo automatizados con rapidez.
“Si yo trabajara en un centro de llamadas, estaría aterrorizado”, agregó. Según Hinton, para tener un empleo a prueba de IA en los próximos años, será necesario poseer habilidades altamente especializadas.
Los oficios físicos resisten, por ahora
Ante la pregunta sobre qué trabajos están menos expuestos al reemplazo por inteligencia artificial, Hinton respondió con pragmatismo: “Va a pasar mucho tiempo antes de que [la IA] sea tan buena en la manipulación física. Así que una buena apuesta sería ser plomero”.
Esta visión coincide con una tendencia creciente entre jóvenes de la Generación Z, que, en un mercado laboral cada vez más competitivo, están comenzando a valorar oficios tradicionalmente considerados de baja calificación pero que ofrecen mayor estabilidad frente a la automatización.
La productividad se multiplica, pero a costa del empleo
Aunque algunos expertos sostienen que la IA aumentará la productividad sin necesariamente eliminar empleos, Hinton ofrece un matiz inquietante. “Algunos roles serán reemplazados por humanos trabajando con un asistente de IA, en lugar de ser reemplazados solo por la tecnología”, explicó. Pero esa eficiencia tiene un costo: “Significa que una persona va a hacer lo que antes hacían diez. En muchas industrias, eso se va a traducir en despidos masivos”.
Esto no solo representa un desafío para las empresas que deberán reconvertir sus estructuras, sino también para los gobiernos, que enfrentan una creciente presión para generar políticas de empleo inclusivas y sostenibles.
¿Ingreso básico universal o crisis de propósito?
Para mitigar los efectos sociales de esta transformación, Hinton se mostró a favor de un ingreso básico universal. Sin embargo, fue contundente al subrayar que el desempleo masivo no solo es una amenaza económica, sino también emocional y existencial: “Incluso con un ingreso básico universal, la gente perdería el sentido de propósito si no tiene un trabajo”.
Esta afirmación reabre un debate sobre el rol del trabajo en la identidad individual y el tejido social. En un mundo donde la IA puede encargarse de tareas repetitivas, analíticas o incluso creativas, ¿cómo se redefine el valor del trabajo humano?
La revolución ya empezó
Para Hinton, el fenómeno no es una posibilidad futura, sino una realidad en curso. “El desplazamiento masivo ya está entre nosotros, de alguna manera”, señaló. Destacó que la IA ya está siendo utilizada para tareas que antes eran la puerta de entrada para graduados universitarios, lo que pone en jaque la tradicional ruta de inserción laboral en numerosos sectores.
Sin embargo, no todo es sombrío. Áreas como la salud, con una demanda prácticamente infinita, podrían absorber parte del impacto. “Pero la mayoría de los trabajos no son así”, concluyó.